Abrazos: el secreto para mantener una mejor salud mental

Abrazos: el secreto para mantener una mejor salud mental

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En un mundo cada vez más estresante y aislado, a menudo olvidamos la importancia de las conexiones humanas básicas.

¿Sabías que un simple abrazo puede ser más poderoso de lo que crees?  Los abrazos son más que un gesto de afecto; son una poderosa herramienta terapéutica que puede reducir el estrés, aliviar la ansiedad y depresión, y fortalecer nuestros vínculos sociales. Son tan buenos para la salud como una buena alimentación, hacer ejercicio y otros hábitos saludables.

Porque a veces, lo que más necesitamos es el cálido abrazo de un ser querido o incluso de un extraño.

Los abrazos: Un instinto ancestral de conexión

¿Sabías que nuestros abrazos tienen raíces profundas en la evolución?

Los monos y simios, se relacionan a través del aseo mutuo, buscando entre el pelaje de sus compañeros. Lo que parece ser un simple acto de limpieza es, en realidad, una forma de conexión y cuidado que ha llegado hasta nosotros.

En lugar de acicalarnos, hoy demostramos afecto a través de abrazos y caricias como el «piojito». Estas acciones estimulan neuronas táctiles especiales que liberan endorfinas, potentes analgésicos naturales que calman el dolor y nos hacen sentir bien.

Al igual que los monos, cuando abrazamos, nuestro cerebro libera una oleada de endorfinas, generando una sensación de alivio y conexión. Pero el abrazo va más allá de lo físico: es un gesto que transmite protección, comprensión y afecto.

Los abrazos son una evolución de nuestro instinto de cuidar y conectar con los demás.

Abrazos, neurotransmisores y amor propio

¿Sabías que los abrazos tienen el poder de transformar nuestro cerebro? Cada vez que abrazamos, liberamos oxitocina, también conocida como la «hormona del amor».

Este neurotransmisor actúa en el sistema límbico, el centro emocional del cerebro, y nos llena de alegría, reduciendo el estrés y la ansiedad. ¡Con oxitocina en nuestro sistema, nos volvemos más sociables y confiamos más en los demás!

Dar abrazos con frecuencia puede disminuir la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de enfermedad cardiaca. Esto se debe al efecto relajante y tranquilizador que produce este tipo de contacto físico.

Además, el efecto relajante que produce un abrazo te ayuda a dormir mejor  y ni se diga cuando duermes abrazado de tu pareja. Los abrazos también ayudan a regular el sueño, ya que reducen los niveles de la hormona de cortisol y aumentan la melatonina.

Los abrazos no solo fortalecen nuestras relaciones, sino que también fomentan algo vital: amor propio.

Especialmente entre padres e hijos, un abrazo transmite protección, afecto y aceptación, ayudando a los más pequeños a desarrollar una sana autoestima y un fuerte sentido de pertenencia.

¿Qué dice la ciencia sobre los abrazos?

Según una investigación del Social Brain Lab del Instituto Holandés de Neurociencia y el Hospital Universitario de Essen, un simple abrazo puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental y emocional.

En solo 20 segundos, un abrazo puede ofrecernos la mayoría de sus beneficios, según el neuroeconomista Paul J. Zak, quien en una TED Talk afirmó que necesitamos al menos ocho abrazos al día para ser más felices. Al entrar en contacto con otra persona, las respuestas emocionales son inmediatas.

Esto lo sentimos en situaciones cotidianas: cuando estamos tristes y recibimos un abrazo, nos sentimos más tranquilos. Este efecto gratificante se debe, en parte, a la evolución, que ha hecho del contacto físico una necesidad para nuestro bienestar emocional.

Más de 130 estudios y 10,000 participantes revelaron que el tacto puede aliviar el dolor, la depresión y la ansiedad. La clave está en la frecuencia y el contacto piel con piel, que potencian sus efectos beneficiosos. ¡Es como una medicina emocional sin efectos secundarios!

Incluso objetos como robots sociales, mantas pesadas o almohadas corporales pueden tener efectos terapéuticos similares. Sorprendente, ¿verdad?

Para los bebés, el tacto de los padres es aún más eficaz que el de un profesional de salud, mientras que en adultos, el tacto ya sea de un ser querido o de un profesional de enfermería puede mejorar el bienestar emocional de manera significativa.

El poder del tacto también influye en nuestra salud cardiovascular (reduciendo la presión arterial y el ritmo cardíaco), su mayor impacto es en nuestra salud mental y emocional.

¡Nunca subestimes el poder de un abrazo! Más allá de reconfortar, puede sanar.

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