“Queremos crear un sustituto de sangre seguro y estable, que pueda salvar vidas, incluso en escenarios en donde la sangre humana no esté disponible”. Ese era el objetivo de Teruyuki Komatsu, profesor titular de Química Aplicada en la Facultad de Ciencia e Ingeniería de la Universidad de Chūō, Japón, ¡y la buena noticia es que lo logró y lo cumplió!
Y como si ese reto fuera poco, también trabaja en el desarrollo de transportadores de oxígeno artificiales, utilizando hemoglobina encapsulada en albúmina (similar a la proteína de la clara de huevo) para estabilizar la presión arterial, tratar hemorragias y accidentes cerebro vasculares. Si todo va bien, tendremos glóbulos rojos artificiales en 2030 gracias a el gran Komatsu.
Por otro lado está Hiromi Sakai, profesor de Química de la Universidad Médica de Nara en Japón, quien ha desarrollado un nuevo tipo de sangre artificial universal que puede utilizarse en pacientes de cualquier grupo sanguíneo. Así que ya no tendremos que esperar a que se determine el tipo sanguíneo en una transfusión de emergencia, lo cual va a salvar muchas vidas en situaciones críticas.
¡Arigato (ありがとう) señores Komatsu y Sakai! Pronto, nuestra vida ya no dependerá de una transfusión o del azar. Miren lo difícil que es conseguir donantes de sangre tipo AB-, B-, AB+; y como la sangre O- (donante universal) a menudo supera la oferta. Además, lo que pretenden solucionar es que las donaciones tienen una vida útil limitada: solo pueden conservarse bajo refrigeración durante un máximo de 42 días.
Debemos ser conscientes de que no sabemos cuándo vamos a necesitar una transfusión por una cirugía, un accidente, una anemia severa, por trastornos de coagulación que se presenten, por tratamientos para el cáncer, o por complicaciones durante el parto; de ahí la importancia de que la sangre sea universal y democratizada y deje de ser vista como un lujo. Tengo fe en que pronto, millones de personas recibirán transfusiones de sangre artificial sin importar su grupo sanguíneo.
Glóbulos hechos en laboratorio: el futuro de las transfusiones de sangre
Investigando sobre el tema me encontré un artículo en el Tokyo Weekender, que habla sobre cómo se fabrica la sangre artificial al mejor estilo de los chocolates de Willy Wonka.
Primero, extraen la hemoglobina de la sangre expirada de un donante; recordemos que la hemoglobina es es la proteína que facilita el transporte de oxígeno en los glóbulos rojos, y que contiene hierro. Después encapsulan la hemoglobina en una especie de cápsulas protectoras artificiales, que permiten crear nuevos glóbulos rojos o sangre artificial.
Lo bueno es que como estos nuevos glóbulos rojos no pertenecen a ningún grupo sanguíneo como tal, ya no es necesario realizar las famosas pruebas de compatibilidad. Además se pueden almacenar hasta dos años a temperatura ambiente, ¡y hasta cinco años bajo refrigeración!
Es increíble que antes de 1901, —fecha en la que el médico y científico austriaco Karl Landsteiner descubrió que existían grupos sanguíneos y que la sangre del donante siempre debe ser compatible con la del receptor—, las personas morían cuando recibían transfusiones de sangre que no eran compatibles con la suya; lo que sucedía es que el sistema inmunológico del cuerpo, reaccionaba ante los antígenos presentes en esos glóbulos rojos “extraños”. Lo que hacía el cuerpo era atacar esa sangre “extraña”, por lo que producía reacciones como fiebre, dolor, presión arterial baja, shock, y finalmente, la muerte.
Bueno, ¿y en qué va estos avances? Por ahora se sabe que los estudios comenzaron en 2022 con voluntarios que recibieron una única inyección intravenosa de transportadores de oxígeno artificiales que imitaban la estructura de los glóbulos rojos; estos no observaron cambios significativos ni en sus signos vitales, ni en su presión arterial.
Ante tal éxito, en julio Sakai comenzó a administrarles entre 100 y 400 mililitros de una solución de células sanguíneas artificiales a estos voluntarios, y aún no hay efectos secundarios; lo que significa que se pasará a una siguiente fase que acelerará el proceso aún más.
Ya que podemos tener sangre nueva, a lo mejor podemos escoger también el color, digamos azul, como la que supuestamente tiene la realeza; a mí me gustaría más sangre joven, que me diera vitalidad y corrigiera todos los males que pudiera tener mi cuerpo a lo largo del sistema cardiovascular, por ejemplo.
Ya de paso, si puedo pedir otro deseo, me gustaría ser más inteligente y si puedo pedir otro deseo más, tener la sangre de los billonarios, a ver qué se siente ser multi multimillonario como Jeff Bezos, Elon Musk o Bill Gates.
Y a ti, ¿qué te gustaría?