Para almacenar vinos en cualquier parte de tu hogar necesitas ausencia de luz, temperatura constante, humedad controlada y, lo más importante: una variedad selecta de ‘inquilinos’, de diferentes precios, cepas y capacidades de guarda.
La cava es el lugar donde el vino reposa —no envejece— siempre y cuando se guarde con sabiduría. Para algunos, es una biblioteca enológica del tiempo, donde cada botella espera su momento para contar su historia; para otros, un espacio donde conservar sus verdaderas joyas.
La palabra cava proviene del latín cavare, que significa “mover la tierra”; y su origen se remonta al Imperio Romano, cuando estos guerreros invadieron las Galias y cavaron cuevas en la región de Champagne para extraer tierra caliza.
Estas cuevas, antecesoras de las cavas actuales, permanecieron intactas durante siglos, hasta que los franceses las “redescubrieron” hace unos 300 años. Ese hallazgo les permitió entender que la profundidad y aislamiento de esas cavernas ofrecían las condiciones ideales para guardar el afamado Champagne.
Por supuesto, no se trata de cavar una cueva para tener una buena cava: un sótano, el espacio bajo una escalera, un armario o incluso un baúl pueden ser perfectos para crear una cava en casa.
5 características clave para conservar el vino

- Temperatura constante entre 12 y 16 °C.
- Ausencia de luz. La luz es el principal enemigo del vino, ya que acelera su oxidación y lo envejece prematuramente.
- Humedad controlada, idealmente entre 65 % y 70 %, para mantener el corcho elástico y evitar su contracción.
- Ausencia de vibraciones, para que los sedimentos no se dispersen dentro de la botella.
- Evitar olores fuertes. La cava no debe estar cerca de productos químicos o vegetales, ya que el vino es muy susceptible a absorber aromas ajenos.
Piedra y cemento: materiales ideales
La piedra y el cemento son materiales ideales para construir una cava, ya que proporcionan frescura y aislamiento —condiciones perfectas para el vino—. Sin embargo, también puedes adaptar armarios o closets. Solo necesitas estanterías de madera o metal (las de forma romboidal funcionan muy bien), donde puedas colocar entre 6 y 12 botellas por módulo.
¿Cómo ubicar las botellas?

La posición ideal es horizontal, y esto tiene una razón: el contacto del vino con el corcho mantiene la humedad de este último, evitando que se contraiga, se oxide y permita la entrada de bacterias que podrían convertir el vino en vinagre.
Bien lo dice Patricio Tapia, periodista y enólogo chileno, autor de la Guía Descorchados: “No es lo mismo guardar zapatos que vino”. Por eso, las condiciones climáticas y atmosféricas del lugar son clave.
“Al igual que los humanos, las botellas dormirán en posición horizontal”, añade Tapia.
“Y es bueno ir a visitarlas de vez en cuando, tocarlas, darles vuelta y abrirlas cuando la ocasión lo amerite”.
Selección de vinos
Una vez tengas tu cava lista o el espacio adaptado, el siguiente paso es organizar los vinos por color (blancos, tintos, rosados) y por fecha de consumo:
- Vinos jóvenes o ligeros: consumir en menos de 3 años.
- Vinos de cuerpo medio: hasta 7 años.
- Vinos de guarda: pueden conservarse 20 años o más.
Diversidad: el alma de una buena cava
Un tip al momento de seleccionar vinos (aunque para gustos, colores): busca diversidad geográfica y varietal. Es imprescindible incluir vinos del Viejo y Nuevo Mundo: españoles, italianos, franceses, alemanes, norteamericanos, chilenos, argentinos, australianos, sudafricanos y, por supuesto, mexicanos.
Asimismo, tu cava debe tener diferentes cepas:
- Blancas: Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Grigio, Verdejo, Albariño.
- Tintas: Cabernet Sauvignon, Malbec, Cabernet Franc, Sangiovese, Nebbiolo, y blends bordeleses (Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Petit Verdot).
Tener variedad te permitirá maridar con distintos platos, consentir a tus invitados o simplemente darte el gusto de descorchar según tu antojo.
¿Y el precio?
El precio del vino depende de varios factores: el proceso de selección de la uva, la antigüedad de las barricas, la edad del viñedo, el tipo de suelo (terroir), el sistema de riego y, sobre todo, la búsqueda de calidad sobre cantidad.
Los vinos “top” de cada bodega suelen provenir de las mejores parcelas y se elaboran con mayor cuidado, por lo que tienen un costo más elevado, pero también mayor capacidad de guarda y complejidad aromática.
Una cava a tu medida: sugerencia de selección internacional

Aquí una guía rápida por país y región para tener una cava verdaderamente cosmopolita:
Francia:
- Bordeaux (Margaux, Pauillac, Saint-Émilion, Pomerol)
- Borgoña (Pinot Noir, Chardonnay)
- Champagne
España:
- Rioja, Ribera del Duero, Priorat, Rías Baixas, Jerez, Penedès
Estados Unidos:
- Napa Valley, Sonoma Valley
Italia:
- Piamonte (Barolo, Barbaresco)
- Véneto (Prosecco)
- Friuli-Venezia Giulia (Pinot Grigio)
- Toscana (Chianti, Brunello, Super Toscanos)
- Abruzzo (Montepulciano d’Abruzzo)
Chile:
- Maipo, Colchagua, Casablanca, Maule
Argentina:
- Mendoza (Luján de Cuyo, Valle de Uco, Maipú)
- Salta (Cafayate)
- Patagonia (Neuquén)
Tener una cava en casa no es un lujo exclusivo de enólogos ni coleccionistas excéntricos. Es, más bien, un acto de amor por el vino, por el tiempo y por las historias que se guardan en cada botella. No importa si comienzas con seis etiquetas o con sesenta: lo importante es que cada vino que elijas tenga un propósito, una intención y un lugar donde reposar con dignidad.
Porque una cava no es solo un espacio físico: es un ritual silencioso de paciencia, selección y disfrute. Es la promesa de una celebración futura, de una comida bien maridada o de una noche cualquiera que se vuelve especial con solo abrir el corcho adecuado.
Y ahora que sabes cómo construir la tuya, recuerda que cada vino guardado es un momento por venir… y que en el mundo del vino, como en la vida, lo mejor siempre está por descorcharse.