Crédito: Bloomberg
Lo que leerán a continuación es parte de una conversación futurista que posiblemente tendré con mis amigos en la primavera de 2026, aproximadamente:
—Cuéntame, Eddy, ¿y ahora quién es tu nuevo médico? —dice mi amigo.
— ¡Querrás decir coach de salud o mi asistente médico personalizado! Su apellido es Mulberry y su apodo, Health+. Definitivamente, ¡él sí entiende mi cuerpo! —le respondo con picardía.
Enseguida le muestro en mi Apple Watch (que por cierto no tengo) las métricas de mi frecuencia cardiaca registradas durante el día y cómo, con base en esa data, el “Dr. Mulberry” me recomienda, de manera personalizada, lo que debo y no debo hacer para mejorar mi salud. A propósito: seguramente en ese momento Samsung ya habrá lanzado «su Dr.» y funcionará tanto en su reloj como en su dispositivo móvil.
Desde ya le aclaro a mi amigo que no es una app, es un sistema de salud con IA que replica —en cierta manera— la función de un médico real, de esos de “carne y hueso” que están… ¿a punto de extinguirse? Bueno, y además el “Dr. Mulberry” entiende mi historia clínica y su contexto, mis emociones…
—Y eso no es todo —continúo—. También monitorea lo que desayuno, como y ceno, y luego gestiona mi plan nutrimental. (Aquí, off the record, les confieso que esta “habilidad” me parece bastante interesante, teniendo en cuenta que me la paso haciendo reseñas de restaurantes). Además, ajusta mis hábitos de sueño en tiempo real y me conecta con médicos “tridimensionales” si detecta algo grave.
Enseguida, mi amigo me arroja una de esas miradas escépticas , de esas que queman como ácido, y me pregunta si acaso me he vuelto loco; que por qué ahora “me dejo tratar” de un médico IA; que si he dejado de lado a mis médicos tradicionales “de carne y hueso”; y que si, a partir de ahora, confiaré mi salud —y mi vida— al “Dr. Mulberry”…
—Déjame terminar —le digo—, porque falta más.
Le aclaro que el “Dr. Mulberry” es un agente de IA, porque tiene más autonomía que una IA común y corriente, y le pongo un ejemplo:
—A través de la cámara de mi iPhone, mi coach de salud observa de manera minuciosa mis movimientos de yoga y pilates, para luego darme retroalimentación sobre cómo ajustarlos y corregir posturas para un mejor desempeño.
También le comento que “Dr. Mulberry” o Health+ es “la nueva movida” de la tecnología inteligente de Apple, y que “dentro de la manzana” —más exactamente en la división de salud liderada por su VP, la Dra. Sumbul Desai, médica egresada de Stanford— se estuvo gestando este proyecto llamado Mulberry.
—¡Pero es que existen muchos riesgos con el Dr. Mulberry, Eddy! —comenta, asombrado—. ¿Y si genera información falsa o tergiversa los resultados? ¿Y si, en vez de informarte, te desinforma? ¿Y si te pone a tomar un medicamento que no es? ¡Las consecuencias pueden ser graves…!
Como estoy mejor informado que él, le explico que Apple reunió al mejor equipo médico, que incluye desde especialistas en sueño hasta fisioterapeutas, cardiólogos, nutriólogos, psicólogos y psiquiatras.
—Ellos grabaron videos sobre prevención, sintomatología y tratamiento de cada una de las enfermedades de sus disciplinas, y el Dr. Mulberry se encarga de redirigirme a esos videos.
Enseguida le muestro el video de un cardiólogo que me habla sobre el riesgo de enfermedades cardiovasculares, a partir de una “detección negativa” que halló en mi frecuencia cardiaca la semana pasada.
Ahora volvamos al presente, queridos lectores, para contarles que lo anterior no es una pesadilla, una profecía, ni una historia fantástica… Este es el inicio de la medicina preventiva automatizada y democratizada. Una que nos avisará cuándo y cómo descansar bien, qué cenar y nos alertará sobre problemas de salud graves antes de que se presenten.
Solo espero que, para entonces, el “Dr. Mulberry” haya pasado por cientos de filtros legales, éticos y morales, y que esté aprobado en todos los países. También espero tener mi iPhone 18 y el Apple Watch Series 11 para que todo funcione… si es que decido poner en sus manos mi salud. Y mi vida.
