Delincuencia y criminalidad. Dos conceptos interrelacionados pero distintos, que azotan nuestra sociedad.
Sin embargo, lo que está pasando en este momento en México, en donde representantes del gobierno nos dicen que “supuestamente” bajó la delincuencia -como si entendiéramos bajo el abanico de la delincuencia la criminalidad-, es un engaño.
Cuando nos dicen que ha bajado la delincuencia, nos quieren “hacer creer” que hay menos crimen, y no. El crimen ha aumentado.
Todo es cuestión de semántica, en cómo interpretamos y entendemos el significado de las palabras; en cómo el contexto de lo que sucede influye en la comprensión del lenguaje.
Me di en la tarea de definir ambos términos, delincuencia y criminalidad, en un intento por tener una idea más clara, de porque están errados cuando nos dicen que bajó la delincuencia pero no la criminalidad.
Al decirnos que bajó la delincuencia, nos quieren “hacer creer “que el crimen ha bajado, y no es así: el crimen ha aumentado, en casi todos los estados de la República.
Inseguridad y percepción en el actual sexenio: realidades y cifras contrastantes
De hecho, el Gobierno admite que ha habido más de 180 mil asesinatos en el actual sexenio. En abril de este año, por ejemplo, asesinaron a 2 mil 239 personas, consolidando este mes como el más violento de 2024.
Por un lado, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, asegura que la percepción de inseguridad en la Ciudad de México descendió a 51.5 por ciento en el segundo trimestre de 2024, afirmando que “es el nivel más bajo registrado durante todo el sexenio”. También lo dice Claudia Sheinbaum, quien aseguró que la percepción de inseguridad ha disminuido tanto en en el país, como en la Ciudad de México,. Dice que en 2018, “la percepción de inseguridad en el país era de 76.8% y hoy en día es de 59.1%”.
De acuerdo con la revista UMECIT, la delincuencia se define como un fenómeno social que incluye el conjunto de delitos y la acción de delinquir, así como la cualidad de ser delincuente. Se manifiesta en diversas formas y afecta a la sociedad en general. En este orden de ideas, un delito es una infracción específica de la ley penal, llevada a cabo por un delincuente, que es aquella persona que comete dicho delito.
Quedémonos entonces con que la delincuencia es un fenómeno social, que abarca actos delictivos y sus implicaciones en la sociedad.
Ahora bien, la criminalidad, se refiere a la cantidad y tipo de delitos, cometidos en un contexto específico.
Por supuesto que la seguridad siempre se ve afectada por la delincuencia y por la criminalidad. La delincuencia genera ese ambiente de inseguridad que respiramos en casi todas las ciudades del país, mientras que la criminalidad la miden entidades como INEGI, a través de estadísticas y tasas delictivas.
Contraste entre la percepción de inseguridad y la realidad
Echémosle un vistazo a la Encuentra Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada por INEGI, a finales del segundo trimestre de 2024, para entender cómo nos mienten en nuestra cara.
La ENSU dice que, “en cuanto a la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, 69.4 % de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública; 63.9 %, en el transporte público; 53.9 %, en la carretera, 53.5%, en el banco.” Es otras palabras, la percepción de inseguridad es que nos sentimos con miedo a que nos roben en todos lados.
Esta data contrasta de manera “abismal” con lo que dice el Jefe de Gobierno, Martí Batres, quien asegura que la percepción de inseguridad en la Ciudad de México descendió a 51.5 por ciento en el segundo trimestre de 2024, afirmando que “es el nivel más bajo registrado durante todo el sexenio”.
Ahora, veamos cifras esperanzadoras de las ciudades con menor índice de criminalidad en lo que va de 2024: Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos; y Copenhague, en Dinamarca.
Por un lado, Abu Dhabi presenta un índice de criminalidad de 11.2, y uno de seguridad de 88.8. Ostenta un fuerte sistema de seguridad y políticas de baja tolerancia hacia el crimen, según los datos más recientes de Global Data and Stadistics.
De la misma manera, Copenhague se encuentra entre las ciudades más seguras gracias a su alta cohesión social y medidas efectivas de seguridad pública, con un índice de criminalidad de 20.1 y de seguridad de 79.9. ¿Cómo lo logra? Manteniendo una combinación de infraestructura robusta, políticas efectivas y un fuerte sentido de comunidad. Esta última, creo que es la única alternativa que tenemos en la Ciudad de México.
Volvamos a nuestra realidad. Veamos cifras de la República. El Gobierno reportó 2,673 homicidios dolosos en junio, un incremento del 5.07%. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) reconoció un aumento del 2% en el promedio de asesinatos diarios; en tanto seis de los 32 estados concentran casi la mitad de los homicidios: Guanajuato, Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco y Morelos.
Vamos con más estadísticas del informe oficial de la ENSU que se encuentra en la página oficial de INEGI. De la población que mencionó haber visto o escuchado conductas delictivas o antisociales en los alrededores de su vivienda, 59.2 % se relacionó con consumo de alcohol en las calles; 49.0 %, con robos o asaltos; 40.6 %, con vandalismo en las viviendas o negocios; 38.6 %, con venta o consumo de drogas; 37.0 %, con disparos frecuentes con armas; 25.0 %, con bandas violentas o pandilleros, y la lista sigue.
El informe también dice que de los ilícitos con más baja cifra negra, los robos de vehículo con y sin violencia disminuyeron 71 y 50 por ciento respectivamente, y el homicidio doloso 47 por ciento. El secuestro tuvo una caída de 96 por ciento y la extorsión de 55 por ciento.
Desconfianza en las cifras oficiales y la necesidad de fortalecer la comunidad ante la inseguridad
Qué curioso, contra viento y marea, AMLO sostiene que todos los delitos de alto impacto han disminuido, con excepción de la extorsión. Dice que su administración ha logrado reducir los delitos.
Mejor cito sus palabras: “En todos los delitos, en todos, ha habido disminución; lo que más nos ha costado, pero ha habido disminución, son los homicidios (…) El único delito donde no hemos podido lograr una disminución es en extorsión, pero en delitos graves como el secuestro tenemos una disminución del 70 por ciento (…) En robo de vehículo, yo creo que una disminución del 50 por ciento”. Me pregunto de dónde sacará estas cifras.
Los invito a que hagan un experimento social. Pregunten a a la gente que los rodea, desde la chica que nos ayuda con la limpieza hasta nuestros jefes, amigos, vecinos sobre la percepción de seguridad, el estado de la delincuencia y la criminalidad de su ciudad. ¿Acaso alguno de ellos siente que la percepción de inseguridad ha bajado bajo el Gobierno de AMLO, tal y como lo afirman los voceros del Gobierno? Creo que no.
Señor Batres, presidente AMLO: todos y todas nos sentimos miedo de que nos roben caminando por la calle, en nuestro coche, en el metro; a que ingresen a nuestros hogares y nos asalten a mano armada, y quien sabe que más actos delincuenciales.
Entonces, dejemos de creer tantas patrañas y cifras maquilladas que salen publicadas en los medios y cuidémonos los unos a los otros, porque no nos queda de otra. Ni la policía, ni el Gobierno estarán para protegernos el día que seamos víctimas de un acto delincuencial.
No nos queda de otra, “no nos pongamos de pechito”, seamos prudentes y creemos una red de apoyo con nuestros conocidos, fortalezcamos nuestro sentido de comunidad como lo hacen en Abu Dhabi y Copenhague. Trasbajemos en sentimiento de pertenencia y conexión para que haya cohesión social, bienestar individual, y así contribuir a que nos sintamos un poquito más seguros y apoyados en nuestras junglas de asfalto.
