El legendario músico de reggae Bob Marley dijo: «Una cosa buena de la música, cuando te impacta, no sientes dolor».
El efecto terapéutico de la música ha sido objeto de numerosos estudios científicos, y cada vez hay más evidencia de que puede actuar como un analgésico natural.
Desde hospitales hasta clínicas de rehabilitación, la música se ha integrado en diversos tratamientos médicos debido a su capacidad para aliviar el dolor y mejorar el bienestar de los pacientes.
La ciencia detrás del alivio del dolor con música
Cuando escuchamos música, el cerebro libera neurotransmisores como la dopamina y las endorfinas, sustancias químicas que generan sensaciones placenteras y que pueden reducir la percepción del dolor.
Un estudio publicado en The Journal of Pain encontró que los pacientes que escuchaban música relajante experimentaban una reducción del 21% en la percepción del dolor en comparación con aquellos que no escuchaban música.
Además, influye en la actividad del sistema nervioso autónomo, ayudando a disminuir la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Este efecto contribuye a la relajación del cuerpo y, por lo tanto, a la reducción del dolor.
Un estudio de 2023 de la Universidad McGill en Montreal reveló que escuchar tu música favorita puede reducir el dolor. En una prueba con 63 participantes, los científicos descubrieron que no solo hacía que el dolor se sintiera menos intenso, sino también menos desagradable.
Y aunque el famoso “Efecto Mozart” en bebés es un mito, la ciencia sí respalda el poder terapéutico de la música. La musicoterapia se ha utilizado desde el siglo XVIII para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la memoria.
Alternativa no invasiva
Investigaciones han demostrado que la musicoterapia puede ser eficaz para personas con dolor crónico. Un estudio realizado en 2017 por la American Pain Society indicó que los pacientes con fibromialgia que participaron en sesiones de musicoterapia mostraron una disminución del dolor en un 50% y mejoras en la calidad del sueño.
Por otro lado, en un ensayo clínico publicado en The Lancet, se observó que los pacientes sometidos a cirugía que escucharon música antes, durante o después del procedimiento requirieron un 30% menos de analgésicos en comparación con aquellos que no recibieron esta intervención musical.
El papel de la música en hospitales y clínicas
Muchos hospitales han incorporado la musicoterapia como parte de sus programas de recuperación. Según un informe de la American Music Therapy Association, más del 70% de los centros médicos en Estados Unidos la utilizan para ayudar a pacientes con dolor agudo y crónico, así como en tratamientos paliativos.
También ha demostrado ser efectiva en pacientes con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, donde puede reducir la ansiedad y mejorar la comunicación, factores que indirectamente pueden disminuir el sufrimiento físico y emocional.
El uso de la música como herramienta para aliviar el dolor es una opción segura, económica y sin efectos secundarios. A medida que más investigaciones confirman su eficacia, es probable que su integración en los tratamientos médicos continúe en aumento. Ya sea en una sala de cirugía o en el hogar, la música tiene el poder de transformar la experiencia del dolor y mejorar la calidad de vida de millones de personas.
Y aunque el famoso “Efecto Mozart” en bebés es un mito, la ciencia sí respalda el poder terapéutico de la música. La musicoterapia se ha utilizado desde el siglo XVIII para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar la memoria.
Así que, aunque los Beatles o Beethoven no puedan hacer desaparecer el dolor intenso, al menos pueden hacer más llevaderas las molestias del día a día.
¿Cuál es tu canción favorita para relajarte?
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