Esta conmovedora historia que les voy a contar hoy, ha movido muchas fibras y muchos sentimientos. Y aunque no se trata de un desplazamiento por una guerra o por un conflicto político como tal, es un caso de valentía y resiliencia frente a un abuso sexual, en donde se tiene que huir para olvidar.
Nicole Holmes es fotógrafa, embajadora de Nikon. Va de montaña en montaña y de pico en pico, volando en su parapente, en su planeador, extendiendo sus alas para tomar fotografías de aventura. Nicole tuvo que salir a la fuerza de Canadá, siendo una niña, rumbo a Argentina y después a México, dejando a un lado su familia y amigos. Ya verás por qué.
Esta es la entrevista completa:
En 2022, Nicole publicó un libro espectacular, “Los Artistas del Quirófano”, considerado el primer libro del mundo en fotografía artística de cirugía, marcando un hito en la fusión de arte y medicina. Y aunque no está a la venta porque fue un proyecto privado de una farmacéutica, su contribución es muy importante para la historia médica en México.
Nicole quería un libro para la venta, porque quería mostrar la cirugía como una forma de arte, en donde la sangre no es la protagonista.
Las fotografías que puedes ver son muy interesantes porque muestran la realidad que viven los doctores todos los días, desde que ingresan a las cirugías. De hecho, Nicole tuvo acceso de primera mano a los quirófanos para retratar el milagro que realizan las manos mágicas de los cirujanos.
Volviendo a la historia de Nicole, nos cuenta que salió de Canadá porque sentía que “tenía que correr o escaparse de algo”, pero no sabía de qué. Pero, ¿por qué?, ¿qué pasó?
Nicole viene de una familia “rota”. Mientras que sus papás peleaban, ella trataba de ser “la niña perfecta”, arreglar todo y brindar paz en la familia. Así que “creía y quería” vivir en un mundo perfecto, de ahí que no le guste la confrontación ni las peleas.
También acepta que no sabe cómo manejar estas emociones, y recuerda que desde que era joven, trataba de huir de casa. De correr lo más rápido que pudiera…
Recuerda que ese “abuelo”, la llevaba en su camioneta a cazar perdices y venados. Lo extraño es que siempre le preguntaba si quería conducir la camioneta a una niña de entre siete y nueve años, que, por supuesto, no veía que algo malo en ello; en especial, cuando ese hombre la sentaba en sus piernas para que “jugara” a conducir la camioneta con el motor apagado.
En su inocencia e ingenuidad, Nicole recuerda que ese hombre hacía “ruidos raros” mientras ella estaba sentada en su regazo. Además, percibía un movimiento constante, atrás, en su espalda. La niña no entendía lo que estaba pasando, ni sabía cómo decirlo. Y aunque Nicole se sentía feliz porque la trataban de manera muy especial, el hombre siempre le decía que guardara el secreto y no dijera nada. Y ella, al ser muy reservada, sabía guardarlos, porque “un secreto es un secreto, ¿no?”
Ya adolescente, Nicole descubrió que no podía acercarse mucho a los chicos. Sentía temor, miedo de los hombres por más que quisiera tener una relación seria. “Tener que besar a un hombre era el fin del mundo, era un trauma con el que no podía”, asegura.
Siempre sucedía lo mismo. Comenzaba a salir con un chico y después de una semana o dos, le cortaban porque “no llegaba a primera pase”. Nicole no entendía el porqué. Quizás era porque ser tímida, pero se sentía atrapada.
A los 15 años, se mudó con su papá. Y poco a poco comenzó a recordar lo que sucedió en su infancia, los ruidos que ese hombre hacía cuando ella se sentaba en su regazo. Pronto comenzó a dudar de Lynn. “Era raro, porque él siempre ‘tenía problemas entre sus piernas’, decía que se había lastimado y me pedía que lo tocara de cierta manera”, asegura.
Es así como Nicole se dio cuenta de que algo había pasado. Así que llamó a su mamá, por fin. Ella le preguntó que había sucedido con él, y cuál era ese “problema entre sus piernas”. “Y así salió todo. Me di cuenta de que a lo mejor era por eso que tenía problemas con los hombres, en mis relaciones. Tenía miedo. El padre de Lynn y Lynn abusaron de Nicole sin que se diera cuenta, aunque nunca sabrá si la violaron o no, porque los doctores le explicaban que los traumas se bloquean.
Nicole jamás denunció lo que le hicieron esos hombres. Le pregunto por qué. Me dice que ya está en su pasado. Me cuenta que Lynn aún vive y está en la cárcel en Canadá. Incluso en 2019, la policía de Canadá la contactó y me preguntó si había pasado algo con su padrastro, le conté que sí y que también le había sucedido a mi hermana. Y aunque firmó un documento de lo que había acontecido, no presentó cargos en su contra.
Después supo que ocho mujeres presentaron cargos, porque la historia de abuso se repitió. Lo que sucedió es que, una vez la mamá de Nicole se separó de Lynn, este se fue con otra mujer y abrieron una guardería en casa. Y estos niños y niñas, también fueron abusados y/o acosados.
Así que, como dijimos al principio, Nicole salió de Canadá para olvidarse de sus problemas. Esto sumado a que le encantaba la aventura, y buscaba una experiencia diferente que la hiciera olvidar su pasado.
Primero, partió a Argentina, vivió en Buenos Aires seis años, y hasta se casó con un argentino. Luego se mudaron a México juntos, se divorciaron, y ella se quedó viviendo en el país.
Le pregunto si venir a México la ayudó a dejar atrás, o al menos resolver su pasado, y vivir un nuevo presente y futuro. Me dice que aún la persigue, porque aún continúa escogiendo de manera errónea sus relaciones de pareja, incluso también se le dificulta la amistad con mujeres. “Por ejemplo, si estamos en un lugar y me piden mi opinión, no voy a decir nada, porque tengo miedo de hablar, no quiero hablar, no quiero usar mi voz.”
Es muy interesante porque quizás esa sea la razón por la cual Nicole se expresa a través de la fotografía, y muestra su visión del mundo. Porque sabemos que ‘una imagen vale más de mil palabras’. Nicole está de acuerdo: a través de la fotografía expresa todo lo que no puede expresar.
«No me considero víctima. Sí, han pasado cosas, pero si fuera una víctima, no estaría aquí hoy. No estaría haciendo libros, o siendo embajadora de Nikon, y otras cosas. No puedo quedarme atrás.”
La resiliencia es la capacidad que tiene una persona de adaptarse y recuperarse frente a situaciones adversas, traumas, tragedias. Es enfrentar las dificultades, aprender de ellas, para, finalmente, salir fortalecido. Nicole nos da testimonio de ello. Dice que debe moverse, siempre hacia adelante, o si no, ¿quién más va a pagar la renta?, ¿quién va a darle la comida? Tiene que hacerlo ella y punto. De ahí que rechace la idea de ser víctima.
Para finalizar, el mensaje de Nicole a las mujeres, de todas las edades, que leen este artículo es: ¡no guarden silencio! Y para todas las mamás que tienes niñas o niños en casa: hablen con ellos.
La historia de esta mujer exitosa, empoderada, que da soporte emocional es una inspiración para quienes conocen su arte hecho fotografía.
Nicole Holmes es un claro testimonio de cómo la resiliencia puede transformar el dolor en fortaleza. A pesar de los traumas que vivió desde pequeña, su capacidad de seguir adelante y rechazar la etiqueta de víctima la ha llevado a convertir su vida en una obra de arte, tanto a través de la fotografía como en su vida personal. Nicole no solo ha logrado sobreponerse a sus circunstancias, sino que también inspira a otras personas a no guardar silencio y a enfrentar sus propios desafíos con valentía. Su mensaje es claro: el pasado no define a las personas, y la fortaleza para seguir adelante, está dentro de cada una de nosotros.
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