¿Quién ha comido pepino de postre? La Table Krug te invita a una experiencia única donde la alta cocina francesa se encuentra con la esencia mexicana. Descubre los placeres epicúreos y una sorpresa especial que hará de tu cena algo inolvidable. A propósito ¡No te pierdas este par de videos porque hay una sorpresa!
El espacio de La Table Krug, ubicado en el hotel St. Regis de Ciudad de México, se caracteriza por su enfoque en haute cuisine francesa, combinado con pinceladas de gastronomía mexicana. Fue inaugurado en 2015, en colaboración con Moët Hennessy México, y rinde homenaje a la legendaria Maison Krug, en Francia, una prestigiosa casa de champán ubicada en Reims, en la región de Champagne.
Pero antes de seguir, les tengo una sorpresa. Se trata de un personaje muy particular, que estuvo de gira por México y que sazonó la mesa con su “canto jondo”. Descubre de quién se trata en estos videos, a continuación:
Desde su apertura, La Table Krug, considerada una mesa artística, tiene un objetivo claro: llevar la gastronomía a nuevos horizontes, mediante una experiencia epicúrea multisensorial. Pero, ¿qué es una experiencia epicúrea multisensorial?
Epicúrea se refiere a una filosofía, un estilo de vida que se centra en la búsqueda del placer y la felicidad como fin de la vida, no de manera desenfrenada, sino a través de la moderación, la sabiduría, y el cultivo de placeres simples y naturales. Y para nadie es un secreto que disfrutar de la buena mesa, puede ser para muchos, un estilo de vida.
Visto de esta manera, La Table Krug te invita a que vivas un momento inolvidable en donde encuentres placer y felicidad a través de la comida y la bebida, y las disfrutes con tus cinco sentidos a mismo tiempo.
Algo que impacta en La Table Krug, es que cada detalle está diseñado para ofrecer un momento culinario de lujo. No solo combinan de manera magistral colores, sabores, texturas y aromas, sino que los complementan con una playlist cuidadosamente seleccionado, muy acorde al estilo y exquisitez del lugar. Además, ofrecen un entorno íntimo y exclusivo, en donde tan solo 12 comensales pueden disfrutar a la vez, de esa experiencia epicúrea multisensorial, que eleva la gastronomía a una nueva dimensión.
Hay algo que sorprende en el menú de La Table Krug. Eligen un único ingrediente o Single Ingredient que inspira toda su propuesta culinaria. Sin embargo, el menú que degustado, enaltecía diversos ingredientes, es decir, no solamente se centró en uno solo.
Menú maridaje en La Table Krug

Iniciamos con pan de masa madre con mantequilla de especias y un toque de caviar. Le siguió un pequeño bocado, una trufa de foie gras con oporto, rellena de gel de frutos rojos y avellana caramelizada.
Enseguida, el turno fue para un capuchino de hongos, que maridamos con un Bolgheri Rosso; un vino valorado por su estructura, riqueza aromática, y capacidad de envejecimiento, lo que lo convierte en un favorito tanto de críticos como de aficionados.
Elaborado a partir de merlot, cabernet franc, cabernet sauvignon y syrah, proviene de La Toscana, y su color rojo rubí intenso con reflejos violáceos nos encanta. En nariz, desprende notas frutales intensas en tanto sus taninos firmes son muy suaves, aportando un increíble equilibrio al vino.

De color amarillo pajizo con brillantes reflejos oro-verdosos, Calvarino ofrece aromas a bouquet fresco, floral, con una amplia nariz con notas de saúco, manzana limonera y pera, sobre un fondo de avellana y almendra. En boca es fresco, elegante, sabroso, bien equilibrado, con un retorno al sabor de manzana, largo y persistente.

Ha recibido numerosos premios, 100 puntos de Robert Parker’s Wine Advocate, por ejemplo. Este vino tinto, sensacional, proviene de una selección de las mejores uvas y descansa durante dos años en barricas de roble. Es enérgico, dinámico, con poderosos aromas y sabor rítmico y jugoso.
Presenta un color rojo rubí brillante e intenso. Su olor es complejo, a violeta, grosella, cereza marrasquino, cuero, tabaco y notas terrosas. Su sabor es cálido, sedoso, elegante, con retrogusto balsámico.

Me detengo un momento en el postre, y les pregunto: ¿quién ha comido un pepino de postre? Bueno, hay una primera vez para todo en la vida. Comencemos explicando que una ganache es una crema a base de chocolate, pero en ese caso le agregaron yogur griego.
Definitivamente, el canotillo resultó ser un postre muy fresco para terminar una velada; que sabe delicioso maridado con un whisky Yamasaki japonés, un Sigle Malt de 12 años, de producción limitada, que descansa en tres tipos de barricas de roble: blanco, americano y misunara (roble japonés). Es el reflejo de la perfección de la cultura japonesa, que busca la perfección. Sus notas dulces y avainilladas, funcionan muy bien en este maridaje.
Finalizamos con Le Pergole Torte, otro toscano y uno de los vinos más icónicos de italia, producido por la bodega Montevertine. Producido por primera vez en la cosecha de 1977, fue el primer sangiovese puro vinificado en la zona de Radda, en Chianti.
De color rubí intenso con tonos granate en los bordes, en nariz despliega cereza negra, frambuesa y ciruela maduras. También aparecen notas a violetas y rosas, matices terrosos y especiados, a tabaco, cuero, canela y clavo. Es firme, estructurado y refinado en boca; elegante, vibrante y vivaz.
¿Quién diría que un pepino podría robarse el show en un postre? Les dije que La Table Krug, cada plato es una sorpresa, y cada sorbo, una revelación. Si buscas una experiencia que desafíe tus expectativas, este es el lugar. Y recuerda, cuando crees que lo has visto todo, ¡siempre hay un ingrediente inesperado que cambia el juego!