Cabrón, chispa y casual

Por: Eddy Warman
Columna de opinión:

Cabrón, chispa y casual

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Cabrón, chispa y casual

Por: Eddy Warman
¿Qué sientes cuando ves a Tilly?

¿Qué sientes cuando ves a Tilly?

Cuando estoy scrolleando en Instagram y me llegan este tipo de “noticias”, me pregunto qué sientes, y que pensarán actrices como Julie Andrews o Meryl Streep (aprovechando que siguen vivas y que han ganado varios premios Óscar); o cuál sería la opinión del director Alfred Hitchcock, que fue tan estricto y exigente con los castings de sus musas rubias como Grace Kelly (La ventana indiscreta, 1954), Janet Leigh (El hombre que sabía demasiado, 1956, y Psicosis, 1960), Kim Novak (Vértigo, 1958) o Tippi Hedren (Los pájaros, 1963), al ver a Tilly Norwood, la primera actriz creada con IA en la historia de la humanidad.

Por supuesto que es guapísima, pero de ahí a que sea “una obra de arte”, como dice su creadora Eline van der Velden, pues creo que no…

Eso sí: no tiene que ir al gimnasio, ponerse bótox, hacerse tratamientos ni dejar de comer antes de “meterse” en un vestido para la Met Gala. Tampoco necesita ponerse La sustancia (2024), haciendo referencia a la película de Demi Moore. No le falla la memoria (nunca sufrirá de demencia o Alzheimer), se sabe todos los diálogos, no suda ni le da ansiedad en pleno casting, y llega puntual a todos los ensayos porque no se fue de fiesta la noche anterior. No usa drogas ni antidepresivos para lidiar con tanta fama y el dinero, no sufre de insomnio, no le afectan los comentarios en X o TikTok, ni carga con varios matrimonios encima…

Tilly es la sumatoria de rostros y expresiones humanas —tanto anónimos como famosos— (¿alguien autorizó el uso de esos rostros?) que un algoritmo escogió. Seguramente aprenderá, a punta de prompts, todas las técnicas de actuación (interpretación, generación de emociones auténticas, creatividad, control corporal, expresiones faciales, proyección de la voz, tono y ritmo, improvisación, etc.), al mejor estilo de Neo en The Matrix (1999), cuando lo conectan a la Matrix para que aprenda, en cuestión de segundos, a pilotear un helicóptero, practicar kung-fu, manejar armas de fuego y hasta hablar todos los idiomas. No es por nada, pero la saga de The Matrix cada vez se parece más a nuestro presente… y al futuro que nos espera con los brazos cruzados.

¿Acaso podrá imitar la vulnerabilidad del ser humano como la interpreta una buena actriz? Porque algunas actuaciones forzadas, poco naturales o mal dirigidas de varias actrices de carne y hueso parecen hechas con “la versión de IA de los años noventa”, como las de Megan Fox, Paris Hilton, Jessica Simpson, Anna Nicole Smith, Britney Spears y hasta Madonna.

¿Será que podrá darle vida a escenas inolvidables del cine como las de Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó (1939), Ingrid Bergman en Casablanca (1942), Audrey Hepburn en Desayuno en Tiffany’s (1961), Jodie Foster en El silencio de los inocentes (1991) o Julia Roberts en Mujer bonita (1990)?

Qué sientes si te dicen: “tranquilos, que Tilly no ha venido a quitarle el trabajo a las actrices”

Vuelvo a la creadora de Tilly: la actriz y productora holandesa Eline van der Velden, que lidera la empresa Particle6, una productora de inteligencia artificial con sede en Londres, fundada en 2015.

Esta empresa se especializaba en la creación de contenido audiovisual utilizando IA, con el fin de reducir costos y tiempos de producción —hasta en un 90%— para la industria cinematográfica.

Pero ahora parece que se van a dedicar a crear actrices con IA. Aunque Eline dice que “tranquilos, que Tilly no ha venido a quitarle el trabajo a las actrices”, y que ella es “una animación o un títere digital”.

Cuidado Eline… ¡puedes estar hiriendo los sentimientos de Tilly!, que seguramente algún día “pensará” que es una actriz de carne y hueso.

¿Acaso Tilly es el siguiente paso en la evolución tecnológica del cine, así como alguna vez lo fueron los efectos especiales de George Lucas, Steven Spielberg o James Cameron? Creo que no, porque ella es un personaje —no un efecto especial— con un rostro, una voz y una personalidad que podría robarse el corazón de muchos directores… y de paso el bolsillo, porque seguramente saldrá más económica que Nicole Kidman, Anne Hathaway o Margot Robbie. Bueno, ¿y cómo van a hacer cuando tenga que caminar por la alfombra roja?

¿Será que la IA es contraproducente para el arte porque no transmite ni te hace sentir nada? ¿Qué pasa con el sueño roto de millones de actrices ante la llegada de Tilly y sus amigas? ¿Cuándo van a regular la IA y dejarla para esos trabajos que los seres humanos no queremos hacer, para que precisamente podamos dedicarnos a hacer arte? ¿Será que algún día los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo vendrán con su respectivo algoritmo?

Mientras tanto, Hollywood está indignado, como si no hubiesen bastado las protestas de 2023 por parte del sindicato de actores SAG-AFTRA, contra el uso de la IA, porque amenazaba sus empleos, sus derechos de imagen y voz, y la ética artística, afectando la diversidad y la innovación en el cine.

¿Se imaginan que un día la IA me reemplace aquí, en la cabina de mi programa de radio, e imite mi voz, dichos, expresiones y hasta forma de pensar? ¡Definitivamente hay cosas imposibles de transmitir, como los sentimientos y las emociones humanas!

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