En 2017, Estados Unidos comunicó a las autoridades cubanas que varios de sus diplomáticos en La Habana sufrían síntomas alarmantes, como náuseas, mareos, problemas auditivos e incluso cerebrales. Estos males, atribuidos a una serie de «ataques acústicos», llevaron al gobierno de Donald Trump a ordenar la salida de la isla de funcionarios no esenciales y la expulsión de diplomáticos cubanos de Washington, poniendo en pausa el proceso de restablecimiento de relaciones iniciado por Barack Obama.
Créditos: El País
La teoría de los «ataques acústicos» fue cuestionada por las autoridades cubanas, que tras una investigación, concluyeron que los sonidos reportados coincidían con ruidos naturales, como los emitidos por grillos y cigarras. Esta discrepancia fue seguida por otras teorías, como la histeria colectiva o trastornos psicógenos, propuestas por algunos neurólogos.
A pesar de ello, un estudio de 2019 encontró anomalías cerebrales en los afectados, reavivando la hipótesis de los ataques con microondas. Sin embargo, en 2023, las agencias de inteligencia de Estados Unidos descartaron la participación de adversarios extranjeros, sugiriendo causas médicas, ambientales y sociales como más plausibles.
Recientemente, una investigación periodística conjunta de CBS, Der Spiegel y The Insider ha señalado que miembros de una unidad del servicio secreto ruso, el GRU, podrían estar detrás del «síndrome de La Habana«. Según esta investigación, agentes de esta unidad habrían sido premiados por desarrollar «armas acústicas no letales» con emisiones por radiofrecuencia.
Tanto Cuba como Estados Unidos han desestimado esta teoría, considerándola una operación de desinformación. En este contexto, el misterio en torno al «síndrome de La Habana» persiste, con diversas teorías y contradicciones que mantienen viva la incógnita sobre su verdadero origen y los responsables detrás de estos misteriosos ataques.
¿Por qué se llama Síndrome de la Habana?
Claro, aquí tienes una explicación más detallada:
El «Síndrome de La Habana» es un término utilizado para describir un conjunto de síntomas misteriosos que afectaron a diplomáticos estadounidenses y canadienses, así como a sus familiares, en La Habana, Cuba, a partir de finales de 2016. Estos síntomas incluyeron problemas cognitivos, pérdida de audición, mareos, dolor de cabeza, fatiga, y en algunos casos, problemas visuales y dificultades para concentrarse.
Los primeros informes de estos síntomas surgieron en noviembre de 2016, cuando varios diplomáticos estadounidenses en La Habana informaron haber experimentado extraños ruidos y sensaciones físicas antes de desarrollar problemas de salud. A medida que pasaba el tiempo, más personas, incluidos diplomáticos canadienses, informaron síntomas similares.
La causa exacta del «Síndrome de La Habana» sigue siendo desconocida y ha sido objeto de intensa especulación y debate. Algunas teorías iniciales sugerían que podría haber sido causado por algún tipo de ataque sónico, ya que algunos diplomáticos informaron haber escuchado ruidos extraños antes de enfermarse. Otras teorías apuntaban a posibles agentes químicos o neurotoxinas.
Sin embargo, las investigaciones realizadas por expertos de Estados Unidos, Canadá y Cuba no han llegado a una conclusión definitiva sobre la causa. Algunos estudios sugieren que los síntomas podrían haber sido causados por un fenómeno conocido como «neurotrauma direccional», en el que la exposición a ciertos sonidos o frecuencias puede desencadenar efectos fisiológicos en el cuerpo humano, aunque esto también es objeto de debate.
A pesar de los esfuerzos de investigación, el «Síndrome de La Habana» sigue siendo un enigma médico y diplomático, y ha llevado a un deterioro en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, así como a un mayor escrutinio sobre la seguridad de los diplomáticos en el extranjero.