Cabrón, chispa y casual

Por: Eddy Warman
Columna de opinión:

Cabrón, chispa y casual

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Cabrón, chispa y casual

Por: Eddy Warman
Volver al futuro…¿con cáncer?

Volver al futuro…¿con cáncer?

 

volver, futuro

Crédito: Smithsonian Magazine.

¿Te gustaría saber “las malas noticias” antes de tiempo, para así poder adelantarte a tu destino al mejor estilo de la película Volver al futuro 2, cuando Marty y su novia viajan al futuro para solucionar un problema que tendrá uno de sus futuros hijos?

¿Qué pasaría si, por ejemplo, nos detectaran un tumor que, años después, no resultó ser maligno: ¿lo tratarías de inmediato o esperarías?

Definitivamente, nuestra concepción de salud y enfermedad cambiaría drásticamente si empezáramos a saberlo todo antes. Quizás esto traiga más esperanza o quizás no, y más bien termine afectando nuestra vida diaria, suficientemente llena de estrés hasta ahora.

Seguramente no faltará uno que otro amigo hipocondríaco que se volverá paranoico, sabiendo que “algo” puede matarlo dentro de unos años; ¡entrará en ataque de ansiedad!

¿Qué pasaría si te dijera que el ADN del cáncer puede detectarse en el torrente sanguíneo hasta tres años antes de su diagnóstico clínico? Personalmente, no creo que aún estemos preparados emocionalmente para un futuro en el que la medicina nos diga lo que viene…

Bueno, pues este nuevo estudio, realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Maryland, se puso a analizar muestras de sangre que habían tomado tres años atrás de pacientes que ahora tienen tumores cancerígenos.

Obviamente, hace unos años esas muestras no mostraban indicios de la enfermedad, pero ahora son una prueba fehaciente de que sí se puede prever, incluso antes de que aparezcan otros síntomas.

Los científicos desarrollaron una prueba llamada detección temprana multicáncer (MCED, por sus siglas en inglés), que pretende ofrecer un diagnóstico más temprano y más opciones de tratamiento a los pacientes. Parece que utilizan una técnica llamada secuenciación completa del genoma, que busca el ADN que los tumores cancerosos desprenden en las muestras de sangre.

Seguramente, como toda prueba nueva que sale al mercado, las MCED comenzarán a comercializarse a precios exorbitantes, y se convertirán en un nuevo privilegio; ¿o es que acaso ya no recuerdan que cuando comenzó la pandemia teníamos que pagar un boleto a Estados Unidos para vacunarnos contra el COVID-19, y que había “mejores” y “peores” marcas de vacunas? ¡Recuerdo que un examen de coronavirus y una plata torácica en el Hospital ABC me costaron 11,500 pesos!

De nuevo, la salud sería vista como un producto de lujo, en plena era de la biotecnología. Seguramente la humanidad vivirá con un miedo preventivo constante a parecer tumores cancerígenos, por el solo hecho de saber que ya existe una prueba en el mercado…

Por un lado, contar con tres años de anticipación da tiempo para intervenir un cáncer (lo cual sería como el inicio de la medicina predictiva), y es probable que el cáncer esté mucho menos avanzado y sea más fácil de curar; pero, por otro lado, el tiempo de espera se va a convertir en un sufrimiento, en una tortura… ¡Imagínate vivir preguntándote si en tres años aparecerá el cáncer o no! Pero para allá vamos. Para muestra, un botón.

En marzo de este año, una prueba sanguínea detectó la reaparición de cáncer de pulmón casi cinco meses antes de que los signos de la enfermedad fueran visibles en imágenes diagnósticas.

Volver al futuro…si continúan con el estudio

Para quienes han perdido un familiar en manos de esta terrible enfermedad o la están padeciendo en este momento, esta noticia es muy esperanzadora; nos permite imaginar un futuro, dentro de algunos años, en el que quienes presenten un ADN tumoral en la sangre podrán recibir una terapia que elimine esas lesiones precancerosas.

Ojalá puedan seguir con este estudio, porque, en marzo de este año, la administración Trump, en manos de su secretario Kennedy, ordenó un recorte de presupuesto para la investigación del cáncer, la obesidad y las enfermedades cardíacas realizadas en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).

Sé que las pruebas de detección temprana del cáncer aún tienen un largo camino por recorrer antes de ser accesibles al público; ni siquiera los médicos saben cómo usarlas de la mejor manera. ¡Mucho menos saben si son óptimas para todas las personas, si tienen bajo riesgo, o cómo darle seguimiento a los pacientes tras una detección! Lo importante es que, de servir, beneficien a todos.

Y tú, ¿preferirías vivir con la tranquilidad del desconocimiento o con el peso de una posible sentencia en tu ADN? Para mí, este juego entre la ciencia y el destino es una verdadera batalla, no solo contra el cáncer, sino contra nuestro propio miedo a mirar demasiado lejos. Después de todo, ¿quién quiere ser Marty McFly si no sabemos si al volver al futuro lograremos cambiar el final de nuestra historia?

 

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