El 2025 ha traído consigo un giro inesperado en la política global, con Estados Unidos en el epicentro de decisiones que podrían redefinir el comercio y la estabilidad en América del Norte.
La reciente orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, imponiendo aranceles del 25% a productos de México y Canadá, así como un 10% a China, ha encendido alarmas en los mercados y entre los líderes de la región.
Aunque México y Canadá lograron negociar una pausa de 30 días a la medida, el precio fue alto: compromisos concretos para reforzar la seguridad en la frontera y frenar el tráfico de fentanilo.
Pero más allá del impacto económico inmediato, esta situación pone en evidencia una tendencia preocupante: la consolidación de un poder sin precedentes en la Casa Blanca, con un presidente que desafía las normas establecidas y reescribe las reglas del juego geopolítico.
Desde la posibilidad de recuperar el control del Canal de Panamá hasta la idea de anexar Canadá, las propuestas de Trump han sacudido los cimientos del orden internacional. ¿Cómo es que el sistema político estadounidense ha permitido tal concentración de poder? Y, lo más importante, ¿cuáles serán las consecuencias de estas decisiones en la estabilidad global?
México en la encrucijada: No sólo hablamos del aguacate
Las recientes amenazas arancelarias impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han colocado a México en una situación de vulnerabilidad económica sin precedentes.
Con un arancel del 25% sobre los productos mexicanos, el modelo de integración regional que ha prevalecido en las últimas tres décadas se encuentra en peligro, afectando directamente a sectores clave para la economía nacional.
Uno de los más golpeados sería el sector automotriz, donde México ha logrado consolidarse como un actor de primer nivel en la manufactura global. Asimismo, la industria de cómputo, altamente dependiente de la importación de insumos y tecnología estadounidense, se enfrentaría a un panorama incierto ante posibles restricciones comerciales.
La situación es aún más preocupante en el sector energético, donde México depende en gran medida de Estados Unidos para garantizar el abasto de gas, gasolina y diésel.
Otro punto crítico es la agroindustria, particularmente el maíz, un insumo fundamental para la producción de carne y alimentos procesados en México.
En 2023, las importaciones de maíz estadounidense ascendieron a 3,502 millones de dólares, lo que subraya la alta dependencia de este producto ya que México carece de una alternativa viable a corto plazo para sustituir este suministro sin generar un impacto inflacionario significativo.
México: Líder en comercio con EE.UU.
México ocupa el primer lugar entre los socios comerciales de EE.UU. en materia de comercio de mercancías. ¡El 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos!
De enero a noviembre de 2024, las exportaciones mexicanas sumaron 466,626 millones de dólares, mientras que las estadounidenses alcanzaron 309,421 millones. Además, el 40% del contenido de los productos manufacturados en México proviene de EE.UU., lo que refuerza la integración de ambas economías.
Desde 2006 hasta septiembre de 2024, EE.UU. ha sido la mayor fuente de inversión extranjera en México, con un acumulado de 242,864 millones de dólares, representando 40.9% del total.
Los aliados clave de México en EE.UU.
El comercio entre México y Estados Unidos no solo depende de los gobiernos, sino también de los estados que más exportan e importan productos mexicanos.
Texas, Arizona, California, Nuevo México, Michigan y Louisiana son estados con economías fuertemente ligadas a México, especialmente en sectores como el agrícola, automotriz y manufacturero. Texas y Arizona, de fuerte inclinación republicana, serían de los más afectados por medidas proteccionistas, ya que dependen enormemente del comercio con México.
Michigan, con su poderosa industria automotriz, es un estado clave en las elecciones y podría presionar para mantener relaciones comerciales estables.
Louisiana, con su sector petroquímico, también enfrenta riesgos si se implementan restricciones.
¿Represalias comerciales? La alta integración de las cadenas de suministro en América del Norte significa que cualquier medida afectaría a ambos lados de la frontera. Insumos automotrices y tecnológicos cruzan varias veces antes de convertirse en productos finales.
El comercio es una vía de doble sentido. Estos estados serán clave en futuras negociaciones para proteger empleos y competitividad en ambos países.
El futuro del T-MEC en juego
Las medidas proteccionistas de Trump ponen en entredicho la viabilidad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
A pesar del objetivo del acuerdo de fortalecer la integración económica regional, las acciones recientes del presidente estadounidense sugieren una posible erosión de sus principios fundamentales.
Si bien el T-MEC establece mecanismos de resolución de disputas comerciales, la falta de voluntad política por parte de la administración Trump para respetar acuerdos multilaterales podría debilitar su eficacia.
Un eventual colapso del tratado obligaría a México a redefinir su estrategia comercial, explorando nuevas alianzas y diversificando sus mercados de exportación, un proceso que, aunque necesario, llevaría años en concretarse.
No es la primera vez
Las tensiones comerciales entre México y EE.UU. no son nuevas. En 2018, Donald Trump impuso aranceles del 25% al acero y 10% al aluminio, y México respondió con impuestos a productos como carne de cerdo, quesos, manzanas y bourbon.
En 2019, Trump amenazó con un arancel del 5% a todas las importaciones mexicanas, con posibilidad de subirlo hasta 25%. Tras intensas negociaciones, el 7 de junio se alcanzó un acuerdo para evitarlo, a cambio de mayores controles migratorios por parte de México.
¿Por qué importan los aranceles? Los aranceles son impuestos a las importaciones que terminan afectando tanto a productores como a consumidores. En este caso, el importador en EE.UU. paga el impuesto, pero traslada el costo al consumidor, encareciendo los productos.
¿Qué pasaría si se imponen nuevos aranceles? El riesgo es que se ponga en juego un sistema de libre comercio de 30 años, que ha permitido una economía integrada en América del Norte bajo el T-MEC.
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