En el vasto universo del café, los nombres pueden parecer confusos. Si alguna vez te has preguntado qué diferencia a un flat white, un capuchino y un latte, la respuesta está en los detalles: la proporción de sus ingredientes, la historia de su origen y la textura de la leche, un factor que eleva la experiencia del café a una forma de arte. Para quienes buscan la perfección en su taza diaria, la elección de la herramienta es tan crucial como la técnica.
La Disputa de un Clásico: Origen del Flat White
A diferencia del capuchino y el latte, con raíces bien establecidas en la tradición italiana, el flat white es una invención moderna cuyo origen es objeto de un amistoso debate entre Australia y Nueva Zelanda, que lo reclaman como propio en la década de 1980.
Se dice que surgió como una reacción a la generosa y aireada espuma que caracterizaba al capuchino de la época. Los amantes del café de Oceanía buscaban una bebida que mantuviera la cremosidad de la leche pero con una presencia de espresso mucho más intensa. Querían un café con leche «plano» (flat), es decir, sin la capa voluminosa de espuma. El resultado fue una bebida que, sin los montículos de espuma, permitía que el sabor del café dominara el paladar.
Diferencias Clave: No son lo mismo
Aunque todos se preparan con espresso y leche vaporizada, cada uno ofrece una experiencia distinta:
- Capuchino: El rey de la espuma. Su característica principal es su distintiva capa de espuma aireada. La regla tradicional es un tercio de espresso, un tercio de leche vaporizada y un tercio de espuma. Su sabor es un equilibrio notable entre la intensidad del café y la ligereza de la espuma.
- Latte: La suavidad láctea. Es la bebida más lechosa de las tres. Con un shot de espresso y una gran cantidad de leche vaporizada, está coronado con una fina capa de espuma de menos de un centímetro. La leche es la protagonista, aportando una dulzura natural y una textura sedosa que lo hace extremadamente suave.
- Flat White: El rey de la intensidad aterciopelada. Es el más pequeño y fuerte del trío, con la mayor proporción de café. Se prepara con un doble shot de espresso y una menor cantidad de leche que un latte. La clave es la microespuma, una capa fina y brillante que se integra por completo con el café, sin burbujas grandes. El sabor del espresso es más pronunciado y la textura es aterciopelada y densa, sin la ligereza del capuchino.
La Receta del Flat White, al estilo Barista Breville
Para un amante del flat white, la receta no es solo una lista de ingredientes, sino una guía de precisión y técnica. Y para lograr esa perfección en casa, las cafeteras de la serie Breville Barista se han convertido en las aliadas perfectas.
Ingredientes y Proporciones:
- Doble shot de espresso o doble ristretto: Este es el corazón de la bebida. Las máquinas Breville, como la Barista Express y Barista Pro, están diseñadas para un portafiltro de 54 mm, ideal para una dosis de 18-20 gramos de café molido.
- Leche entera (aprox. 120-150 ml): La leche entera es fundamental por su contenido graso, que ayuda a crear la textura aterciopelada y densa característica.
Los Pasos Clave:
- Preparar el espresso: Utiliza el molinillo integrado de tu cafetera Breville. La Barista Express tiene 16 ajustes de molienda y la Barista Pro cuenta con 30, permitiendo un control preciso. Extrae un doble shot en una taza de cerámica. El manómetro de la Barista Express te ayudará a monitorear la presión para asegurar una extracción perfecta.
- Vaporizar la leche: Aquí es donde la tecnología de Breville marca la diferencia. Sus varillas de vapor de alta potencia están diseñadas para crear una microespuma impecable. A diferencia del capuchino, se busca un sonido suave como de «papel rasgándose», que indica que se están creando burbujas microscópicas. La Barista Pro, con su sistema de calentamiento ThermoJet, está lista para vaporizar en solo 3 segundos, lo que te permite pasar al siguiente paso casi de inmediato. La leche debe alcanzar una textura sedosa, brillante y sin burbujas visibles.
- El Vertido: Con la microespuma lista, el vertido es un arte. Comienza vertiendo desde una altura media para mezclar el espresso y la leche. Cuando la taza esté casi llena, baja la jarra de leche cerca de la superficie del café y acelera el vertido. Si lo haces bien, la microespuma se «deslizará» sobre el café, creando una capa fina y uniforme que hace honor al nombre «flat white» y es el lienzo perfecto para el latte art.
Breville: El aliado del Flat White perfecto
Para quienes se toman en serio su café, la inversión en una cafetera como la Breville Barista Express o la Barista Pro es un acierto. Ambas combinan la comodidad de un molinillo integrado con el control manual necesario para perfeccionar cada aspecto de la preparación, desde la extracción del espresso hasta la creación de la microespuma. Con las herramientas adecuadas y un poco de práctica, conseguir el flat white perfecto en la comodidad de tu hogar no solo es posible, sino que se convierte en un ritual diario de precisión y sabor.
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