En una entrevista reciente con el programa «60 Minutes» de la cadena CBS, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hizo declaraciones sorprendentes que podrían tener profundas implicaciones tanto dentro como fuera del país.
Créditos: INFOBAE
Por primera vez en su mandato, que ya lleva cinco años, López Obrador admitió la producción de fentanilo dentro del territorio mexicano. Este opioide sintético, altamente adictivo y peligroso, ha sido un tema central en las conversaciones de seguridad y narcotráfico entre México y Estados Unidos. A pesar de las afirmaciones del Departamento de Estado de Estados Unidos de que la mayoría del fentanilo proviene de México, AMLO argumentó que los precursores químicos necesarios para su fabricación provienen de Asia y que otros países vecinos también están involucrados en su producción.
Sin embargo, una de las declaraciones más contundentes del presidente mexicano fue su rechazo a cualquier posibilidad de negociación con los cárteles del narcotráfico. Ante la pregunta de si consideraría entablar un diálogo con los grupos criminales para solicitar el cese de sus actividades ilícitas, López Obrador rechazó la idea, afirmando que la única vía posible es la aplicación de la ley.
Estas afirmaciones contrastan con la realidad del país según algunas organizaciones civiles como México Evalúa, que indican que solo el 4% de los delitos son investigados en el país, lo que plantea dudas sobre la efectividad de la estrategia de seguridad del gobierno.
Estados Unidos toma medidas contra el fentanilo
En otra medida significativa, el gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones a 21 individuos y seis compañías mexicanas asociadas al Cártel de Sinaloa, acusándolos de participar en operaciones de lavado de dinero derivadas del tráfico de fentanilo. Esta acción busca minar las finanzas del cártel y cortar el suministro de fentanilo a Estados Unidos, donde esta droga ha causado un alarmante número de muertes por sobredosis.
Las sanciones también apuntan a operadores clave en la red de narcotráfico y lavado de dinero, incluyendo a proveedores de fentanilo relacionados con los hijos de Joaquín “Chapo” Guzmán.
Con estas declaraciones y acciones, López Obrador y el gobierno de Estados Unidos podrían estar redefiniendo la agenda de seguridad bilateral y recalibrando las estrategias en la lucha contra el narcotráfico y las drogas sintéticas como el fentanilo. Sin embargo, queda por ver cómo estas medidas afectarán realmente la dinámica del narcotráfico y la seguridad en la región en los próximos meses.