Si bien es cierto que los Países Bajos es una nación que se destaca por ser progresista y favorecer reformas y políticas que promueven la igualdad, la justicia social, los derechos humanos, la innovación y el avance hacia un futuro mejor; en donde el consumo de cannabis es tolerado en los coffeeshops y la prostitución es legal en el Barrio Rojo de Ámsterdam; en donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es válido desde 2001; y el aborto accesible y parte integral de los servicios de salud reproductiva. Pero jamás me imaginé que avalaran la eutanasia a una jovencita de 28 años con depresión.
A propósito, los Países Bajos fue el primer país en legalizar la eutanasia en 2002 bajo dos condiciones: que los pacientes sufran de una enfermedad terminal o que padezcan de un sufrimiento insoportable.
Parece que Zoraya ter Beek, padece de un sufrimiento insoportable. Dice que “no quiere morir, pero que no puede vivir así”. ¿Así como? No sufre de ninguna enfermedad terminal, pero sí de depresión, autismo y trastorno límite de personalidad, como muchos niños, mujeres y hombres alrededor del mundo.
Defiendo la voluntad anticipada, entendida como “la decisión que toma una persona de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal -un cáncer terminal o una esclerosis múltiple sí causan un sufrimiento insoportable-; y/o que por razones médicas, sea imposible mantenerla de forma natural, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona”, de acuerdo con el artículo de la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal; pero rechazo que se le de fin a una vida con un método como la eutanasia, sabiendo que sus problemas pueden ser manejados con terapia y/o medicación.
¿Acaso es el inicio de una sentencia siniestra, en donde los pacientes con enfermedades mentales completamente tratables con terapia y medicamentos, comenzarán a solicitar la eutanasia a la autoridad competente?.
Qué sucederá con aquellos pacientes que pasan por un episodio profundo de tristeza, lo cual es normal en algún momento de nuestra vida: ¿simplemente solicitarán una muerte asistida porque “no pudieron resolverlo”?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno mental común que implica un estado de ánimo de tristeza, irritabilidad, sensación de vacío y pérdida del placer o el interés por actividades, durante largos períodos de tiempo.
Por supuesto que afecta a todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones con la familia, la pareja, los amigos y los compañeros de escuela y/o de trabajo.
A escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión. Y Zoraya hace parte del 3,8% de la población que sufre de este trastorno. De esta cifra, 5% corresponde a adultos (4% a hombres y 6% a mujeres); y 5,7% de los adultos mayores de 60 años la padecen.
Terapias que se pueden probar antes de la eutanasia
Por otro lado, es importante poner sobre la mesa que cada año se suicidan más de 700.000 personas con depresión, entre 15 a 29 años, y el caso de Zoraya es básicamente un suicidio asistido.
Hablando de suicidio, aún recuerdo un caso que tuve que presenciar mientras hacía un reportaje en Valencia, España. Vi cómo un cuerpo caía desde la torre de la plaza. Después supe que allí acuden muchas personas a acabar su vida por soledad.
Pero lo complejo del asunto es que la eutanasia es una solución bastante sobredimensionada para el caso de esta chica, aunque no sabemos qué trauma pudo haber vivido en su niñez, o qué herida le hace falta por sanar sanar y resolver.
Lo cierto es que como gobierno o como entidad federativa, hay es que ayudar y apoyar a pacientes como Zoraya, antes de aprobar la eutanasia para el caso de una depresión profunda. ¡Existen terapias que se pueden probar antes de optar por acabar con una vida!
Por eso es importante que sepas que si tu, un familiar, un amigo o un compañero de trabajo están pasando por una depresión aguda grave, existen tratamientos eficaces como la ketamina que los pueden ayudar.
Aquí en Ciudad de México por ejemplo, el doctor David López, distinguido psiquiatra del hospital ABC, realiza un tratamento con inyecciones de ketamina conocido como «Special K». Es muy eficaz para reducir la depresión y tendencias suicidas. De hecho, el doctor David estuvo hace poco en uno de mis programas de radio. Te dejo el link para que conozcas más al respecto:
También existen nuevas terapias recientemente aprobadas por la FDA como Rejoyn: una aplicación para teléfonos inteligentes destinada a complementar el uso de medicamentos antidepresivos en personas mayores de 22 años, diagnosticadas con trastorno depresivo mayor al igual que Zoraya.
Tampoco podemos dejar de lado el uso de tratamientos como la ayahuasca (Banisteriopsis caapi) y hojas de la planta chacruna (Psychotria viridis), que contienen la sustancia psicoactiva llamada DMT (Dimetiltriptamina). De la misma manera, el trastorno límite de personalidad y el autismo que Zoraya padece, se pueden manejar con terapia y medicamento.
Me causa curiosidad saber que Zoraya no está sola en este momento de su vida. Tiene novio y dos gatos que la acompañarán durante el proceso de poner fin a su vida en mayo, mientras su médico le administra una dosis letal de medicamentos en la sala de su casa.