Lo que la radio ha hecho por el mundo (y tú no sabías)

Lo que la radio ha hecho por el mundo (y tú no sabías)

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Aunque la radio se encuentra entre dos gigantes de la comunicación —el telégrafo y la televisión—, su historia es tan fascinante como su impacto en la sociedad. Desde su teorización antes de existir hasta su uso en astronomía, la radio ha sido protagonista de algunos de los momentos más sorprendentes de la ciencia y la cultura popular. Aquí te compartimos seis datos asombrosos sobre este medio que ha sabido evolucionar, resistir y seguir siendo relevante en el siglo XXI.

Las ondas de radio se imaginaron antes de ser descubiertas

la radio

Antes de que alguien pudiera captarlas, las ondas de radio ya existían… en la teoría. Fue en 1865 cuando el físico escocés James Clerk Maxwell predijo su existencia en su trabajo sobre el electromagnetismo. Sus famosas Ecuaciones de Maxwell sentaron las bases para entender cómo la electricidad y el magnetismo están interconectados, e insinuaban que podían existir ondas que viajaran por el espacio a la velocidad de la luz.

Estas ideas fueron revolucionarias, pero tardaron más de dos décadas en demostrarse experimentalmente. Recién en 1888, el físico alemán Heinrich Hertz logró probar la existencia de estas ondas, transformando para siempre el campo de las comunicaciones. De hecho, su nombre quedó inmortalizado en la unidad de medida de la frecuencia: el hertz.

El primer «gran logro» de la radio pudo no haber ocurrido

Uno de los hitos más citados en la historia de la radio fue la primera transmisión transatlántica en 1901, supuestamente realizada por Guglielmo Marconi, pionero italiano que desarrolló los primeros sistemas prácticos de telegrafía inalámbrica. Según los registros, Marconi y su asistente George Kemp lograron captar una señal desde Inglaterra hasta Terranova, Canadá, cruzando unos 3,400 kilómetros de océano.

Pero este logro tiene su controversia: no hubo testigos independientes, y muchos expertos actuales dudan de que los dispositivos de la época tuvieran la potencia suficiente para lograrlo. Algunos sugieren que Marconi, ansioso por validar su tecnología, pudo haber confundido el sonido o incluso haberlo imaginado. Sea como sea, ese día marcó un punto de inflexión en la carrera tecnológica de las comunicaciones.

La estación de radio más poderosa vibraba hasta en los utensilios de cocina

En 1934, en Cincinnati, Ohio, nació un experimento que llevó la potencia de la radio al extremo. La estación WLW transmitía a 500 kilovatios —diez veces más de lo permitido actualmente—, con el apoyo del mismísimo presidente Franklin D. Roosevelt. Su señal era tan fuerte que podía llegar a otros continentes… y también hacer vibrar sartenes, vallas metálicas o incluso resortes de camas en los hogares cercanos.

Aunque el experimento demostró el alcance extremo de la radio, también mostró sus límites: la interferencia con otras estaciones era tan grande que en 1939 el Congreso de EE.UU. ordenó limitar la potencia de emisión a 50 kilovatios, norma que se mantiene hoy en día para estaciones AM de canal claro.

La publicidad radial nació gracias a una inmobiliaria

Hoy en día estamos acostumbrados a los anuncios en radio, pero hubo una época en que nadie sabía cómo monetizarla. Todo cambió en 1922, cuando la estación WEAF de Nueva York transmitió el primer anuncio pagado en la historia de la radio. El cliente fue un promotor inmobiliario que ofrecía departamentos en Jackson Heights, Queens.

Este momento marcó el inicio de la radio comercial, un modelo que se expandió rápidamente. Entre 1923 y 1930, más del 60% de los hogares estadounidenses ya tenían una radio, lo que transformó este medio en una plataforma poderosa para la publicidad, la cultura y la política.

La radio también explora el universo

La radio no solo sirve para entretenimiento: también es una herramienta crucial para la astronomía. Como las ondas de radio son parte del espectro electromagnético, muchos cuerpos celestes —como estrellas, planetas, cuásares y galaxias— las emiten naturalmente. A través de la radioastronomía, los científicos pueden “escuchar” fenómenos que no pueden verse con telescopios ópticos.

Uno de los ejemplos más impactantes es el Radiotelescopio Robert C. Byrd Green Bank, en Virginia Occidental. Es el radiotelescopio totalmente orientable más grande del mundo, tan sensible que ni siquiera se permite usar wifi en un radio de más de 20 kilómetros alrededor de él. Esta “Zona Nacional de Silencio de Radio” garantiza que las señales cósmicas no se vean contaminadas por la tecnología humana.

La Torre Eiffel sigue en pie gracias a la radio

Aunque hoy es símbolo de París, la Torre Eiffel estuvo a punto de ser demolida. Originalmente construida para la Exposición Universal de 1889, su permiso de permanencia era solo por 20 años. Pero Gustave Eiffel no se quedó de brazos cruzados: decidió demostrar que su obra podía servir a la ciencia y a la defensa nacional.

En 1898, la Torre participó en una de las primeras transmisiones de radio, y para 1908 ya enviaba señales que alcanzaban más de 5,000 kilómetros. Durante la Primera Guerra Mundial, la Torre Eiffel fue clave para interceptar mensajes enemigos, lo que salvó su estructura de la demolición. Hoy en día, sigue albergando antenas de radio y televisión.

Más allá de su aparente sencillez, la radio ha sido —y sigue siendo— una herramienta poderosa. Desde salvar monumentos y apoyar a la ciencia hasta transformar la publicidad y llegar al otro lado del mundo, sus ondas invisibles conectan nuestra historia con el futuro. En un mundo saturado de pantallas, quizá es buen momento para volver a sintonizar y redescubrir el poder de la voz.

También puedes leer: La Torre Eiffel puede crecer hasta 15 cm en verano, y esta es la razón

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