¿Los animales tienen conciencia? Es una pregunta fascinante y compleja que ha sido objeto de debate entre filósofos, científicos y pensadores durante siglos.
Charles Darwin fue famoso por su teoría de la evolución a través de la selección natural, expuesta principalmente en su libro «El origen de las especies» publicado en 1859, donde observó y discutió la continuidad entre las capacidades mentales de los humanos y otros animales
«No existe una diferencia fundamental entre el hombre y los animales en su capacidad de sentir placer y dolor, felicidad y miseria», escribió Darwin.
Aunque no desarrolló una teoría completa sobre la conciencia animal, sus escritos sugieren que creía en una gradación de la conciencia a lo largo de la evolución, reconociendo que muchas capacidades mentales no eran exclusivas de los humanos.
Su sugerencia de que los animales piensan y sienten fue vista como una herejía científica entre muchos, si no la mayoría, de los expertos en comportamiento animal.
Si bien es difícil determinar con certeza el nivel de conciencia de los animales, algunos estudios sugieren que ciertos animales, especialmente mamíferos, muestran comportamientos complejos que implican autoconciencia, como el reconocimiento de sí mismos en un espejo, la capacidad de planificar el futuro, la empatía y la resolución de problemas. Especies como los grandes simios, los elefantes, los delfines y los cuervos han demostrado tener habilidades cognitivas sorprendentes.
¿Qué es la conciencia?
Antes de poder determinar si los animales tienen conciencia, primero debemos definir qué entendemos por conciencia.
La conciencia es un concepto complejo que ha sido definido de diferentes maneras a lo largo de la historia. En términos generales, la conciencia se refiere a la capacidad de tener experiencias subjetivas, sentimientos y percepciones. Implica ser consciente de uno mismo y del entorno.
Descartes definió la conciencia como la capacidad de pensar y razonar, expresada en su famosa frase «Pienso, luego existo». Para Descartes, la conciencia era una propiedad de la mente, separada del cuerpo físico.
El conductismo del siglo XX consideraba que la conciencia no podía ser medida científicamente y por lo tanto debía ignorarse en el estudio del comportamiento.
Expertos actuales como Anil Seth profesor británico de Neurociencia Cognitiva y Computacional en la Universidad de Sussex, con títulos en Ciencias Naturales, Sistemas Basados en el Conocimiento y Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, cuestionan este enfoque centrado en el ser humano y el lenguaje.
Argumentan que la conciencia no debe asociarse únicamente con la inteligencia y el lenguaje, ya que estos no son requisitos universales para la conciencia. En la actualidad, no hay un consenso definitivo sobre cómo definir la conciencia, ya que es un fenómeno complejo que involucra aspectos subjetivos, fisiológicos y cognitivos. Los científicos continúan debatiendo y explorando diferentes enfoques para comprender mejor la naturaleza de la conciencia.
Los animales pueden tener conciencia: nueva evidencia marca un «cambio radical» en la comprensión científica
Recientes investigaciones han desafiado la noción tradicional de que los animales carecen de conciencia, el profesor Jonathan Birch de la London School of Economics lidera un grupo de científicos que están reevaluando el concepto de conciencia animal.
Si bien no hay una prueba concluyente, la creciente evidencia sugiere que existe «una posibilidad realista» de que los animales puedan ser conscientes. Este cambio de paradigma ha generado un debate entre los investigadores, quienes reclaman una reevaluación del pensamiento científico en este campo.
Algunos sugieren reemplazar el término «conciencia» por «sensibilidad», mientras que otros abogan por un enfoque más amplio que incluya una gama de comportamientos mensurables.
«El campo está lleno de palabras ambiguas, y una de ellas es ‘conciencia’,» advierte el profesor Stevan Harnad de la Universidad de Quebec. «Es una palabra que muchas personas usan con confianza, pero significa algo diferente para cada uno, por lo que no está claro qué significa.»
Harnad sugiere que una palabra menos ambigua sería «sensibilidad», definida más estrictamente como la capacidad de sentir.
«Sentir todo: un pellizco, ver el color rojo, sentirte cansado y hambriento, son todas sensaciones,» señala.
El grupo de científicos liderado por Birch busca financiación para realizar nuevas investigaciones y determinar con mayor precisión si los animales son conscientes y en qué medida.
Este «cambio radical» en la comprensión de la conciencia animal puede tener un impacto significativo en nuestra percepción de nosotros mismos y de los seres vivos con los que compartimos el planeta
Las sorprendentes capacidades cognitivas de las abejas
Las abejas son animales fascinantes con habilidades intelectuales mucho más avanzadas de lo que comúnmente se cree. Recientes estudios liderados por el profesor Lars Chittka de la Universidad Queen Mary de Londres han revelado que estos insectos poseen capacidades cognitivas sorprendentes, desafiando la noción de que solo los vertebrados son inteligentes
Los experimentos de Chittka han demostrado que las abejas son capaces de:
- Contar hasta un cierto número
- Reconocer patrones y rostros humanos
- Aprender a utilizar herramientas
- Modificar su comportamiento después de experiencias traumáticas
- Aparentemente disfrutar de actividades lúdicas como hacer rodar bolas de madera
Estos hallazgos han llevado al profesor Chittka a afirmar que «si las abejas son tan inteligentes, tal vez puedan pensar y sentir algo que sea la base de la conciencia». De hecho, en base a toda la evidencia acumulada, Chittka considera «muy probable que las abejas tengan conciencia».
Existen millones de especies animales, pero se ha investigado muy poco sobre cómo experimentan el mundo. Sabemos algo sobre las abejas y se han observado comportamientos conscientes en cucarachas y moscas de la fruta, pero hay muchos otros animales que aún no se han estudiado.
La conciencia en los animales, es un campo de estudio descuidado y ridiculizado.
Créditos:BBC
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