En una transmisión en vivo en colaboración con WeightWatchers, Oprah Winfrey admitió el jueves por la noche que ha desempeñado un papel en la promoción de dietas poco saludables e irreales.
Créditos: CNN
Durante un evento en vivo transmitido en YouTube en asociación con WeightWatchers, Winfrey reconoció su contribución a la cultura de las dietas a lo largo de los años.
«A través de mis plataformas, la revista, el programa de entrevistas durante 25 años y en línea, he sido una gran contribuyente», dijo Winfrey. «No puedo decirles cuántos programas de pérdida de peso y transformaciones he realizado; han sido un elemento básico desde que trabajo en televisión».
Winfrey admitió que, al enfocarse en el peso, estableció estándares que ni ella ni nadie más podrían cumplir.
El especial de tres horas también contó con la participación de actrices como Rebel Wilson y Amber Riley, junto con la CEO de WeightWatchers, Sima Sistani, y varios expertos. Destacó un cambio de WeightWatchers hacia la aceptación del cuerpo y la intervención médica con medicamentos como Ozempic.
Sistani enfatizó que WeightWatchers ha evolucionado en su enfoque hacia la pérdida de peso. Reconoció que la creencia de que la pérdida de peso es simplemente una cuestión de fuerza de voluntad es simplista y poco realista. En cambio, la compañía reconoce que hay muchos factores involucrados en el proceso de pérdida de peso, incluidos los aspectos emocionales, físicos y médicos.
Al señalar la cultura de las dietas, Sistani destacó que promover la idea de que solo ciertos cuerpos son aceptables o dignos de admiración puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de las personas. La vergüenza corporal, comúnmente asociada con los estándares poco realistas de belleza impuestos por la sociedad, puede llevar a trastornos alimenticios y una relación negativa con la alimentación y el cuerpo.
En lugar de enfocarse únicamente en la restricción calórica y el control de la dieta, WeightWatchers ahora aboga por un enfoque más holístico que incluye el apoyo emocional, la educación nutricional y el fomento de hábitos saludables a largo plazo. Esto refleja un cambio hacia una mentalidad de bienestar integral en lugar de simplemente buscar la pérdida de peso a cualquier costo.
La decisión de Oprah Winfrey de renunciar a su cargo en la junta directiva de WeightWatchers en febrero marcó el final de una asociación que había perdurado casi una década. Esta noticia sorprendió a muchos, ya que su salida ocurrió un año antes de lo previsto inicialmente. La relación de Winfrey con WeightWatchers había sido destacada, ya que su influencia y respaldo habían sido considerados como un componente crucial en la trayectoria de la compañía.
Durante su tiempo en la junta, Winfrey no solo fue una figura emblemática para la marca, sino que también desempeñó un papel activo en la dirección estratégica de la empresa. Su presencia no solo ayudó a fortalecer la imagen de WeightWatchers, sino que también contribuyó a su crecimiento y expansión en nuevos mercados.
La repentina renuncia de Winfrey generó especulaciones y preguntas sobre las razones detrás de esta decisión. Aunque la declaración oficial de WeightWatchers afirmó que su salida no estaba relacionada con desacuerdos o problemas operativos, no proporcionó detalles adicionales sobre los motivos exactos detrás de esta acción.
WeightWatchers ha dado un paso significativo al lanzar un innovador plan de membresía dirigido a personas que están bajo tratamiento con medicamentos recetados GLP-1, como Ozempic y Wegovy, que a menudo se utilizan para ayudar en la pérdida de peso. Este nuevo programa, conocido como el «Programa GLP-1 de WeightWatchers», representa un enfoque pionero en la intersección entre la salud, la nutrición y la medicina.
El plan GLP-1 de WeightWatchers está diseñado para proporcionar un apoyo integral a aquellos que están tomando medicamentos GLP-1, brindando acceso a médicos que pueden recetar estos fármacos, así como planes de nutrición diarios, coordinación con seguros y otros programas de apoyo para la pérdida de peso.
Analistas proyectan que 15 millones de adultos en los Estados Unidos tomarán estos medicamentos para el 2031.