Conoce las propiedades curativas de las jacarandas, los espectaculares árboles coloridos que tendrían grandes efectos positivos en la salud.
Créditos: El Tiempo
Las jacarandas, árboles conocidos por su espectacular floración morada que adorna paisajes urbanos y rurales, no solo ofrecen una belleza visual incomparable, sino que también albergan propiedades curativas que han fascinado a investigadores y entusiastas de la medicina natural durante siglos.
Originarias de América del Sur, estas majestuosas especies pertenecen al género Jacaranda y se encuentran en diversas partes del mundo, desde América Latina hasta África, Asia y Australia. Si bien son apreciadas principalmente por su impactante floración durante la primavera, las jacarandas también han sido objeto de estudio por sus posibles beneficios para la salud humana.
Una de las propiedades más destacadas de las jacarandas es su potencial para aliviar el estrés y promover la relajación. Se cree que el aroma suave y dulce de las flores de jacaranda tiene un efecto calmante en el sistema nervioso, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. La aromaterapia con aceites esenciales derivados de las flores de jacaranda se ha utilizado tradicionalmente para aliviar el estrés y promover la relajación en algunas culturas.
Además, diversos estudios han sugerido que ciertas partes de la jacaranda, como las hojas y la corteza, contienen compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos compuestos naturales pueden ayudar a combatir el daño celular causado por los radicales libres y reducir la inflamación en el cuerpo, lo que podría tener beneficios para la salud cardiovascular y el sistema inmunológico.
En algunas culturas indígenas de América del Sur, las jacarandas también se han utilizado en la medicina tradicional para tratar una variedad de dolencias, desde dolores de cabeza y problemas respiratorios hasta trastornos digestivos y afecciones de la piel. Se cree que infusiones y extractos elaborados a partir de partes de la planta pueden tener propiedades analgésicas, expectorantes y cicatrizantes.
Una de las plantas que se benefician significativamente de esta práctica es la Jacaranda mimosifolia, un árbol subtropical conocido por sus hermosas flores de color azul violeta y pistilos blancos. Según el doctor Marcelo R. Pace, especialista en la familia Bignoniaceae, a la que pertenece la jacaranda, estos árboles desempeñan un papel importante en la absorción de CO2 y en el mantenimiento de la biodiversidad, al ser el hábitat de diversas especies de insectos y aves.
Las flores de la jacaranda, según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), contienen antocianinas y flavonoides con propiedades medicinales, lo que las convierte en una fuente natural de antioxidantes y antimicrobianos. Estos compuestos tienen el potencial de ser utilizados en la generación de pigmentos azulados, así como en tratamientos para mejorar la salud de la piel y combatir diversas afecciones.
De acuerdo con la revista ‘Vanidades’, el té de jacaranda puede ser utilizado externamente para tratar problemas de la piel como el acné, las varices, la varicela y heridas superficiales. Para prepararlo, se necesitan 30 gramos de pétalos de jacaranda y un litro de agua, que se hierven juntos durante 10 minutos y se dejan reposar antes de aplicar sobre la piel afectada.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de té de jacaranda puede ser tóxico, por lo que se recomienda limitar la ingesta a 10 mililitros al día para evitar efectos adversos.
Cómo preparar té de jacarandas

Preparar té de jacaranda es un proceso sencillo que puedes hacer en casa. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
Ingredientes:
- Pétalos de jacaranda frescos o secos (30 gramos)
- Agua (1 litro)
Instrucciones:
- Hierve el agua en una olla grande.
- Mientras el agua hierve, lava los pétalos de jacaranda para asegurarte de que estén limpios.
- Una vez que el agua esté hirviendo, añade los pétalos de jacaranda a la olla.
- Reduce el fuego y deja que los pétalos se cocinen a fuego lento durante unos 10 minutos.
- Después de 10 minutos, retira la olla del fuego y deja que la infusión repose durante otros 5-10 minutos.
- Cuela la infusión para separar los pétalos del líquido.
- Vierte el té de jacaranda en una taza y disfruta caliente.
Es importante tener en cuenta que el té de jacaranda tiene un sabor suave y floral, por lo que puedes añadir miel o limón si deseas darle un toque de dulzura o acidez. Recuerda que el consumo excesivo de esta infusión puede ser tóxico, así que es recomendable limitar la ingesta a 10 mililitros al día para evitar efectos adversos.