Cabrón, chispa y casual

Por: Eddy Warman
Columna de opinión:

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Por: Eddy Warman
Dictadores y sus paradojas: Siria en ruinas y la colección de «Ferraris» y Louis Vuitton de Assad

Dictadores y sus paradojas: Siria en ruinas y la colección de «Ferraris» y Louis Vuitton de Assad

Crédito: The Guardian

Nuestro mundo incomprendido siempre se debate en los principios del yin y el yang, donde todo existe en contraste, en extremos, en claroscuros en una eterna danza entre lo opuesto.

La luz y la oscuridad, el bien y el mal,  el bueno y el villano, el multibillonario y el que sobrevive con un café al día, los polos opuestos, forman parte de ese equilibrio necesario (e incomprendido) para que el universo fluya… (¡afortunadamente mercurio retrógrado se termina hoy, a ver si todo comienza a fluir de nuevo!).

Los líderes dictadores son un claro ejemplo, siempre se van al extremo. Hitler, Franco,  Pinochet, Fidel, Mao, Kim Jong-in,Hussein, Gadafi, Chávez, Maduro, Stalin…No importa si son de derecha o de izquierda, al fin de cuentas, ambas direcciones también son extremos.

Entre el lujo extremo y la miseria absoluta: una danza de extremos con sabor a Dior y Ferrari

¿Por qué existe esta división tan marcada, tan extrema? ¿Por qué hay tantas contradicciones? ¿Por qué no hay un punto medio claro, un espacio donde todos ganemos? ¿Por qué ese juego constante entre lo opuesto? Déjenme y les explico.

Por un lado, 14,5 millones de sirios, casi el 70% de la población, vive en la pobreza, mientras que la pobreza extrema, afecta a uno de cada cuatro habitantes; de acuerdo con un informe del Banco Mundial de 2022. Y por el otro lado, multitudes atónitas saquearon las mansiones del derrocado ‘carnicero de Damasco’, mientras se maravillaban con los lujos de su RIQUEZA EXTREMA. Vergonzoso.

Al lamentable panorama, sumémosle que mientras esto sucedía, cientos de prisioneros fueron liberados de sus celdas subterráneas alrededor de Damasco. El caos perfecto, digno de esos extremos a los que me refiero.

En los videos que rondan en las redes sociales,  grabados por saqueadores y testigos en el palacio presidencial, se ven desde hombres cargando sillas, pasando por un enorme “ajuar” de ropa “Dior”, maletas Louis Vuitton con un costo aproximado de 36.600 euros, zapatos, joyas, obras de arte, pinturas, objetos y muebles de madera, bolsos Hermès, trozos de carne congelada -que a propósito, son considerados un lujo en Siria-, docenas de aparatos para hacer ejercicio de su “gimnasio en casa”, hasta cientos de Ferraris (todos rojos y uno de cada modelo, como si fuera una colección de Hot Wheels); al igual que ‘Aston Martins’, Mercedes, ‘Bentleys’… ¡No se ustedes, pero yo sí me hubiera quedado con alguno de estos coches!

Y es que Departamento de Estado de los Estados Unidos, ya estimó la riqueza neta de la familia Assad, que lleva controlando Siria  desde hace 53 años. Lean bien: ¡Se trata de 1.600 millones de libras esterlinas, aproximadamente 41,000 millones de pesos mexicanos! ¡Qué barbaridad! Y todo a costa de mantener famélicas a sus 25,1 millones de personas.

Además, la agencia federal añadió que esta es “tan solo una cifra estimada”, ya que faltaría agregar su amplia colección de bienes familiares, dispersos y ocultos en cuentas de ahorros, mansiones, carteras inmobiliarias, corporaciones, paraísos fiscales en el extranjero etcétera, etcétera, etcétera…

El ‘carnicero de Damasco’, como buen villano que es, huyó a Moscú con toda su familia. Y el paradero de otras figuras destacadas de su círculo de confianza, sigue siendo desconocido; aunque se dice que huyeron mientras las fuerzas insurgentes se acercaban, dejando también sus mansiones y sus Louis Vuitton.

Lo mejor de todo es ver cómo los saqueadores, el pueblo con hambre, lanza al suelo con un estruendo su retrato y el de su padre, Hafez al-Assad, quien gobernó Siria durante décadas, antes de “ceder su orbe, corona y cetro” a su hijo, Bashar al-Assad.

Y hablando de coronas, aquí viene “la joya” que le faltaba a la de Assad . El Departamento de Estado, también dijo que “la dinastía Assad” utiliza las empresa de sus benefactores económicos, para lavar dinero de actividades ilícitas y canalizar fondos al régimen. ¡Y luego nos preguntamos, de dónde viene el dinero que patrocina las atrocidades de Hamás!

«¡Siria liberada! ¿listos para el caos o necesitarán un ‘empujoncito’ más?»

¿Y qué sigue? Bueno, pues parece que si bien los primeros días tras la caída el “adefesio este” han transcurrido con “relativa normalidad”, lo que puede venir es una nueva ola de sangre y violencia, muy predictiva cuando este tipo de dictadores huyen del poder. Y es que hace unos días, las fuerzas de la oposición comenzaron a liberar ciudades del régimen. ¡Y ahora, toda Siria ha sido liberada gracias a Dios!

Pero muchos oficiales del anterior régimen se quedaron en el país, y las fuerzas de oposición ahora lidian con ellos. De hecho, han anunciado “una declaración de perdón” a todos los oficiales del régimen, en tanto todos los empleados del gobierno han vuelto a trabajar. Y parece que se va a crear un nuevo gobierno que ha comenzado a trabajar desde ya desde Damasco. ¿Estarán preparados después de medio siglo de opresión para gobernarse a sí mismos? ¿Necesitarán un pequeño empujón de alguna organización internacional para del atolladero?

No puedo quitarme de la cabeza la imagen de millones de sirios que no tenían qué comer, mientras Assad daba vueltas por Damasco en su Ferrari Spider. Una pequeña «muestrecilla» de su riqueza obscena. He aquí dos caras de la misma moneda.

Lo bueno es que el pueblo parece estar contento con la «liberación» de su país, pero cargan con 53 años de opresión, pobreza, y corrupción a costa de ellos. Es simplemente fascinante cómo los mismos que saquearon las mansiones de Assad, ahora están tratando de reconstruir el país y encontrar un camino hacia el balance y  la estabilidad. Aunque no creo que se salven sin un empujoncito internacional. Porque, por supuesto, después de medio siglo de opresión, ¿quién estará listo para gobernarse a sí mismo?

En México tuvimos 70 años de un tipo de dictadura, en el que se robaron todo más dos sexenios de oposición; es decir panistas que no hicieron nada, quizás por no tener el dichoso y esperado empujoncito; y ni hablar del último «atorón» que nos dejó López Obrador.

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