Aquí, la gastronomía se une con la música y el arte culinario, invitando a los comensales a componer su propia melodía de sabores y disfrutar de una sinfonía en cada plato.
Me encantan los restaurantes que ofrecen un ambiente que promueve conversaciones sobre comida, vinos, mixología, música, arte; y que, además, brindan una experiencia única a los comensales.
Esto me sucede en Amaral, un restaurante de fine dining, de alta cocina, ubicado en el prestigioso hotel Presidente de Polanco, que se inspira en cuatro cocinas icónicas del mediterráneo: francesa, italiana, española y griega. Cada detalle, desde el montaje de los platos delicado y sutil, hasta la decoración, el ambiente, la ubicación de los muebles, la luz, el servicio y la experiencia al cliente, lo convierten en un restaurante personalizado, en donde se aprecia el sello personal de su chef.
Conoce todos los detalles, a continuación:
El arte del emplatado: la influencia de Martha Brockmann en Amaral
Y es que qué sería de Amaral sin Martha Brockmann, “más que reconocida” por su atención al detalle al momento de emplatar sus exquisitos platillos. Con una vasta experiencia de 20 años dedicado al universo culinario, es egresada de la Escuela Culinaria de Boston University, reconocida por sus egresados, bastante talentosos. De hecho, el afamado chef francés y columnista de The New York Times Jacques Pépin, ayudó a dar vida a este programa de artes culinarias, de la mano de la gran Julia Child.
Martha inició su carrera profesional en el restaurante Icarus, en Massachusetts, donde descubrió su pasión por el catering de lujo y afinando, desarrollando su indiscutible talento; de ahí que pasara los siguientes 10 años dedicada al catering, hasta que decidió dar vida a sus propios negocios, entre ellos, The Event, además de rescatar recetas y brindar una experiencia inigualable. Embajadora de Miele, que cuenta con sus líneas de hornos multifunción, parrillas, máquinas de café, entre otros, es autora de varios libros como El buen anfitrión.
Nos cuenta que su inspiración para crear el menú de Amaral la recibió de su abuela, con quien solía cocinar, sumado los conocimientos aprendidos en la escuela culinaria. Para ella, ha sido muy importante agregar “su toque” a través de su talento para el diseño, junto a su creatividad tanto para cocinar, como para emplatar. Martha incorpora flores en los platos y escoge menaje con diseños delicados al emplatar. Esto se ha convertido en su “sello personal”. Y es que además de liderar la cocina de este prestigioso restaurante, también ofrece una experiencia de catering única.
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Así es cómo Amaral concierta ingredientes y notas musicales
Así como la música está compuesta por diferentes notas -esos sonidos con una frecuencia específica-, los platillos de Amaral están compuestos por diferentes ingredientes, es decir, distintas comidas, condimentos y líquidos que se combinan para preparar un plato específico; y que al final, juntos, forman una armonía, una composición. Y es que la combinación de notas o de ingredientes, que se combinan de manera simultánea, crean sensaciones de cohesión, de equilibrio.
Sé que suena curioso, pero la idea es que cada comensal cree su propia melodía al escoger sus platillos, para vivir una experiencia única. Por lo tanto, podría definir su menu como creativo, innovador, refrescante, porque Martha se basa en la música para crearlo, distribuyendo los platillos en notas musicales.
Hay algo increíble en Amaral y es que, dependiendo del tamaño de los platillos, se ha designado una simbología con base en las notas musicales. Por ejemplo, do, corresponde a platillos individuales; re, para dos personas; y mi para tres o más.
Otros detalles que les puedo contar es que los platillos son muy variados; encuentras carnes, ensaladas, sopas, mariscos, pastas, postres… Y por supuesto, una extensa carta de vinos top y de mixología clásica y de autor. También que, por el hecho de ser fine dining, no significa que no esté abierto para toda la familia, por lo cual cuenta con un divertido menú infantil, y con un área de niños con cuidadores especializados.
De Signature Dishes a maridaje exquisitos
Podríamos decir que todos los signature dishes que probamos, estaban perfectamente ejecutados. En el primer tiempo, nos trajeron un clásico Steak Tartar a base de ternderloin, echalots, yema de huevo, perejil, aceite de oliva, mostaza de grano, alcaparras y mostaza Dijon.

De fuertes, degustamos un Linguine alla Nerano, la pasta estaba al dente, e iba con su salsa a base de zucchini, aceite de oliva, ajo, mantequilla, provolone, parmesano, albahaca, sal y pimienta.
Enseguida llegó un Filete Amaral, curado durante 72 horas, acompañado de rúgula y papa soufflé.
finalizamos con una perfumada Tarta fina de manzana, ligera, crocante y caramelizada.
Vinos escogidos para maridar el menú de Amaral
En cuanto a los vinos escogidos para realizar el maridaje, comenzamos con un Pazo San Mauro, un vino blanco, con un contenido de alcohol del 12. 5%, proveniente de DO. Rías Baixas. Es elaborado con la uva albariño, variedad autóctona de Galicia, específicamente de la provincia de Pontevedra, conocida por producir vinos frescos, afrutados, secos y elegantes. Su color ambarino con toques dorados impacta; seguido de sus aromas a manzana verde, pera, durazno, cáscara de limón y notas a flores blancas. Una vez pruebas el primer sorbo, sentirás que es amplio, fresco y equilibrado, con final muy persistente para ser un vino blanco.
Seguimos con un albariño Rivero González, originario de Coahuila, considerado como el primer vino naranja producido en México. Elaborado a partir de un 80% de palomino (variedad de uva blanca, especialmente reconocida como la base para los vinos de jerez) y 20% de riesling, una variedad blanca originaria de la región del Rin en Alemania, conocida por su capacidad para producir vinos con marcados toques cítricos y minerales, gracias a su alta acidez. En vista es dorado con un marcado ribete anaranjado, mientras que en nariz ofrece aromas a naranja confitada, mandarina y flores blancas. En boca es sedoso, suave, con una acidez equilibrada.
Finalizamos con un cabernet sauvignon de Bodegas Arzuaga, España, con crianza de 16 meses en barricas de roble francés y americano que le aporta complejidad, y un paladar estructurado. Es elaborado a partir de un 95% de tempranillo, y un 5% restante de cabernet sauvignon. Definitivamente, el cabernet le aporta esa intensidad y cuerpo robusto, mientras que la tempranillo le ofrece taninos discretos y una buena expresión de fruta. En vista, es de color rojo picota con matices violáceos, y en nariz recuerda a frutas rojas maduras, especias, y algo muy importante: notas balsámicas, presentes en los vinos de excelente calidad y porte. En gusto es meloso, suave.
Así que, Amaral, es una experiencia sensorial donde la gastronomía se mezcla con el arte culinario y la música. Martha Brockmann ha logrado transmitir su pasión a través de cada platillo, creando una armonía única de sabores y detalles visuales que invitan a crear una sinfonía culinaria propia.