En el mundo del periodismo de investigación, pocas figuras han logrado el impacto y la notoriedad que logró una joven reportera llamada Elizabeth Jane Cochran, mejor conocida como Nellie Bly, que llevó el periodismo de investigación a un nuevo nivel.
Para exponer las condiciones inhumanas en los hospitales psiquiátricos de Nueva York, fingió sufrir una enfermedad mental y fue internada en el Asilo de Mujeres de Blackwell’s Island. Durante diez días, vivió en carne propia el abandono, los abusos y la crueldad a la que eran sometidas las pacientes.
Su audaz infiltración, publicada en una serie de reportajes titulada «Diez días en un manicomio», sacudió a la opinión pública y provocó reformas en el sistema de salud mental. Esta es la historia de una mujer que desafió los límites del periodismo y marcó un antes y un después en la lucha por la justicia social.
Su historia y el comienzo de todo
Nacida el 5 de mayo de 1864 en Pensilvania, Nellie Bly falleció en 1922 a los 58 años. Su visión feminista del mundo le permitió aportar una perspectiva innovadora a sus artículos y abrirse camino en un ámbito periodístico dominado por los hombres.
Se convirtió en la primera reportera de periodismo de investigación y en pionera del periodismo encubierto. Su trayectoria comenzó cuando una columna sexista publicada en el Pittsburgh Dispatch la llevó a escribir una carta al editor bajo el seudónimo de «Solitaria Huérfana». La calidad de su escrito llamó la atención del editor, quien le ofreció un empleo como reportera. Fue él quien le dio el seudónimo de Nellie Bly, inspirado en la canción homónima de Stephen Foster.
Tras escribir varios artículos de investigación, Bly fue relegada a la sección de mujeres, lo que la llevó a abandonar el Dispatch y viajar a Nueva York. Allí solicitó trabajo en The New York World, el periódico sensacionalista de Joseph Pulitzer. Su primera gran asignación fue infiltrarse en el asilo psiquiátrico para mujeres en Blackwell’s Island.
Una misión peligrosa
En The New York World, su primera gran asignación fue infiltrarse en el asilo psiquiátrico para mujeres en Blackwell’s Island.
“¿Cómo me sacarán, una vez que esté ahí?”, preguntó Bly a su editor en el New York World, Joseph Pulitzer. Su respuesta fue tan incierta como inquietante: “No lo sé, pero te sacaremos”.
Con tan solo 23 años, Nellie Bly ideó un plan para infiltrarse en el asilo psiquiátrico de Blackwell’s Island haciéndose pasar por una mujer con problemas mentales. Confiaba en su capacidad actoral para simular locura el tiempo suficiente y lograr su cometido.
Engañó a policías, médicos y a un juez neoyorquino, adoptando el nombre de Nellie Brown. Fue diagnosticada como “loca” y enviada al manicomio, donde vivió en carne propia las torturas y condiciones inhumanas a las que eran sometidas las pacientes.
Diez días en el infierno
Bly documentó sus experiencias en su obra Diez días en un manicomio, donde describió con detalle el horror de su estancia en Blackwell’s Island. Desde el momento en que cruzó las puertas del asilo, dejó de fingir su supuesta enfermedad mental. Sin embargo, cuanto más cuerda actuaba, más loca la consideraban.
Las mujeres internadas en el asilo sufrían hambre, frío extremo y abusos constantes. Nellie relató cómo eran obligadas a permanecer en aguas heladas durante largos periodos, golpeadas sin motivo y forzadas a soportar un trato deshumanizante.
Los médicos y enfermeras no se preocupaban por la salud de las pacientes, y muchas de ellas estaban allí no por problemas mentales, sino por ser pobres, inmigrantes o simplemente molestas para la sociedad.
Uno de los momentos más desgarradores que presenció fue cuando una paciente llamada Tillie Mayard, temblando de frío, rogó por abrigo. Las enfermeras se limitaron a responder con crueldad, negándole cualquier tipo de alivio. Cuando sufrió un ataque, las demás internas la miraron aterrorizadas, mientras la enfermera se burlaba: «Déjenla caer al suelo y aprenderá la lección».
El impacto de su trabajo
La publicación de la investigación de Bly causó un escándalo inmediato. La presión pública llevó a las autoridades de Nueva York a aumentar el presupuesto para los hospitales psiquiátricos y mejorar las condiciones de los pacientes.
Su reportaje no solo destapó la negligencia médica y el maltrato institucionalizado, sino que también impulsó una reforma significativa en el sistema de salud mental estadounidense.
Este no fue su único trabajo de infiltración. Bly trabajó como obrera en una fábrica para denunciar las pésimas condiciones laborales de las mujeres trabajadoras y escribió sobre las dificultades de una madre soltera que intentaba vender a su bebé para sobrevivir. Estas historias, publicadas en el New York World, la consolidaron como una de las pioneras del periodismo encubierto.
Nellie Bly una periodista revolucionaria
Nellie Bly no solo rompió esquemas en el periodismo, sino que también desafió la visión de la mujer en la sociedad del siglo XIX.
A lo largo de su carrera, Bly no solo expuso injusticias, sino que también inspiró cambios reales. Su nombre estuvo en boca de todos en su tiempo, sus investigaciones cambiaron políticas públicas, y su legado sigue vivo en cada periodista que se atreve a desafiar el poder y destapar la verdad.
Inspirada por la novela La vuelta al mundo en 80 días de Julio Verne, en 1889 emprendió un viaje sola alrededor del mundo, completándolo en 72 días, 6 horas, 11 minutos y 14 segundos. Su travesía fue seguida por el público y consolidó su fama internacional
Su historia ha sido llevada al cine y la televisión en diversas ocasiones, e incluso inspiró la famosa temporada Asylum de American Horror Story. Hoy, su valentía sigue siendo un referente de lo que significa ser una periodista comprometida con la verdad, sin importar los riesgos.
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