Las catarinas, esos pequeños y coloridos insectos que alguna vez adornaban nuestros jardines y campos, parecen estar desapareciendo gradualmente de nuestros entornos naturales. Esta preocupante disminución ha generado interrogantes sobre las posibles causas y consecuencias de la ausencia de estos insectos beneficiosos.
Créditos: Aquae Fundación
Durante décadas, las catarinas han sido consideradas aliadas valiosas en la lucha contra plagas agrícolas, ya que se alimentan de áfidos y otros insectos perjudiciales para los cultivos. Sin embargo, en los últimos años, su presencia se ha vuelto cada vez más escasa.
Una de las principales razones detrás de esta disminución es la pérdida de hábitat debido a la urbanización y la agricultura intensiva. El uso generalizado de pesticidas también ha contribuido a diezmar las poblaciones de catarinas, ya que estos productos no solo eliminan a las plagas, sino también a los insectos benéficos como las catarinas.
El cambio climático también ha desempeñado un papel en la disminución de las poblaciones de catarinas. Los cambios en las temperaturas y los patrones climáticos pueden afectar su hábitat y sus fuentes de alimento, lo que dificulta su supervivencia.
Además, la presencia de especies invasoras, como la mariquita asiática, ha competido con las especies nativas y ha contribuido a su declive.
La ausencia de estos animales podría tener consecuencias negativas para los ecosistemas y la agricultura. Sin su presencia para controlar las poblaciones de insectos dañinos, los agricultores podrían depender aún más de los pesticidas, lo que a su vez tendría impactos ambientales y para la salud humana.
¿Qué pasa si insectos como las catarinas desaparecen?

Los insectos, a menudo pasados por alto en la consideración de la biodiversidad, juegan un papel crítico en el funcionamiento del ecosistema terrestre. Sin embargo, ¿qué sucedería si estos diminutos seres desaparecieran por completo? Este escenario plantea consecuencias devastadoras para la vida en la Tierra, según lo señalan expertos en el campo.
Cerca del 75% de las plantas cultivadas dependen de los insectos polinizadores para su reproducción, lo que destaca la importancia crucial de estos organismos en la producción de alimentos. Además, los insectos constituyen una parte fundamental de la cadena alimentaria, sirviendo como alimento para aves, peces y otros pequeños vertebrados, lo que a su vez sostiene a otros niveles tróficos en el ecosistema.
Recientemente, expertos en biodiversidad y ecología se reunieron para analizar este tema preocupante.
Según Oscar Soriano, científico del Museo Nacional de Ciencias Naturales; Germán Orizaola, investigador de la Universidad de Oviedo y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas; e Ignasi Bartomeus, doctor en Ecología, el declive de los insectos presenta una amenaza significativa para la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
Si bien los insectos a menudo se perciben como molestias o plagas, su papel en el ecosistema es insustituible. No solo contribuyen a la polinización de la mayoría de las plantas, sino que también son esenciales para el reciclaje de materia orgánica y el control de plagas.
En el análisis realizado, se destaca que los insectos como las catarinas constituyen una parte significativa de la biomasa terrestre, con un peso colectivo que supera considerablemente el de la población humana mundial. Esta cifra impresionante ilustra la importancia numérica de estos organismos en el planeta.
En la cadena trófica, los insectos ocupan un lugar crucial al servir como fuente de alimento para muchas especies. Su desaparición tendría efectos cascada, con consecuencias que se extenderían hasta los humanos. Además, la polinización llevada a cabo por insectos es esencial para la reproducción de la mayoría de las plantas con flores, lo que subraya aún más su importancia para la sostenibilidad de los ecosistemas.
La preservación de estos organismos es crucial para garantizar la salud y la estabilidad de los ecosistemas terrestres y, en última instancia, para el bienestar humano.