El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se encuentra en Qatar, un actor fundamental en las negociaciones con Hamás, tras la solicitud de «enmiendas» al plan de tregua para la guerra en Gaza por parte del grupo islamista. Después de sus visitas a Egipto, Israel y Jordania, donde buscó aumentar la presión sobre Hamás, Blinken se reúne ahora con los líderes de Qatar, que han actuado como mediadores clave en el conflicto. Esta serie de reuniones forma parte de un esfuerzo diplomático más amplio para alcanzar una tregua duradera en la región.
El martes por la noche, Hamás solicitó modificaciones al plan propuesto por el presidente estadounidense, Joe Biden, el cual incluía un calendario para un alto el fuego permanente y la retirada completa de las tropas israelíes del enclave palestino. A pesar de que Hamás había mostrado inicialmente una disposición positiva hacia la propuesta, reiteraron la necesidad de ciertos ajustes para asegurar su implementación efectiva.
Fuentes de Hamás confirmaron a la agencia EFE que sus solicitudes de modificación no representan un rechazo al plan, sino una preocupación por los detalles de su implementación. La propuesta de Biden, presentada el 31 de mayo, contempla un acuerdo en tres fases de seis semanas cada una. La segunda fase incluye un cese al fuego definitivo y la retirada parcial de las tropas israelíes tras la liberación de todos los rehenes civiles vivos en un intercambio por presos palestinos.
La respuesta oficial de Hamás, entregada a las delegaciones de Egipto y Qatar, subraya su disposición positiva a alcanzar un alto el fuego, destacando la necesidad de detener completamente la agresión en curso contra Gaza. Sin embargo, un funcionario israelí afirmó que Hamás había rechazado la propuesta de Biden y había modificado los principales puntos del acuerdo. Al Jazeera, medio qatarí, adelantó que entre las enmiendas propuestas por Hamás se incluye la retirada total de las tropas israelíes de Gaza, especialmente del corredor de Filadelfia que separa la Franja de Egipto.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en que Israel no detendrá la guerra hasta lograr sus objetivos: desmantelar las capacidades militares y gubernamentales de Hamás y asegurar el regreso de todos los rehenes. Con más de 37,000 muertos y una Franja de Gaza devastada tras ocho meses de conflicto, la comunidad internacional espera que se llegue a un acuerdo pronto para poner fin a la violencia y facilitar el intercambio de rehenes por presos palestinos.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, culpó este miércoles desde Doha al grupo terrorista palestino Hamas de impedir que se llegue a un acuerdo de tregua tras pedir “numerosos cambios” a la propuesta presentada por Estados Unidos, ya que algunos de ellos no son “viables”.
Decididos a salvar las brechas
Igualmente, dijo que, junto a los mediadores Egipto y Qatar, su país está “decidido a intentar salvar las distancias”. Pero aunque se trabaje para que esas brechas puedan ser salvadas, “no significa que se vayan a salvar”.
“Cuanto más tiempo pase, más gente sufrirá. Y es hora de acabar con el regateo y empezar un alto el fuego. Es tan simple como eso”, aseveró Blinken en la última parte de su octava gira por Oriente Medio desde el pasado 7 de octubre, cuando Hamás atacó Israel y causó la muerte de unas 1,200 personas y secuestró a otras 200, lo que desencadenó una guerra en la Franja de Gaza que ha causado más de 37,000 muertos.
A la pregunta de si también Israel debería ser presionado, Blinken señaló: “Israel aceptó la propuesta. Tal y como era. Y Hamás no lo hizo, así que creo que está bastante claro lo que tiene que pasar. Estamos decididos a intentar trabajar en eso en los próximos días. Vamos a trabajar en esto con urgencia y ver si las lagunas son factibles”. E insistió en que “está claro” para todos que en el caso de que no se acepte, Hamás ha hecho “una elección para continuar una guerra que ellos empezaron”.
Presión para ambas partes
Por otro lado, el primer ministro catarí, Mohammed Bin Abdulrahman al-Thani, aseguró que “ambas partes”, tanto Israel como Hamás, “necesitan hacer algunas concesiones para llegar a un acuerdo”.
“Si hablamos de presión, la presión debe estar en ambas partes”, afirmó Bin Abdelrahman, que destacó las “declaraciones contradictorias de algunos funcionarios israelíes”, a los que también se “debe presionar”. Su rol como mediadores, indicó el responsable catarí, es intentar cerrar las brechas “y no juzgar a una parte u otra”.
Blinken y Bin Abdelrahman se negaron a especificar los cambios que Hamás ha planteado a la propuesta de tregua presentada hace doce días por el presidente estadounidense, Joe Biden. Sin embargo, un responsable de Hamás indicó hoy a EFE bajo condición de anonimato que su grupo “ha propuesto un nuevo calendario para un alto el fuego permanente y la retirada de toda Gaza, incluida Rafah”, en el sur del enclave palestino, y que conecta Egipto con la Franja.
Los cambios tratan también de aclaraciones sobre si el alto el fuego es temporal o permanente -la cuestión clave de esta negociación-, así como la retirada israelí completa de Gaza y los plazos durante los cuales se llevará a cabo este procedimiento. El informante insistió en que “no hay cambios fundamentales con respecto al intercambio de prisioneros, sino más bien algunas cuestiones relacionadas con el alto el fuego y cuándo será permanente”.
Esa propuesta, apoyada el pasado lunes por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, ofrece a Israel y Hamás un plan de tres fases de seis semanas de duración para poner fin a la guerra en Gaza. Además de un alto el fuego, el plan contempla el intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, una retirada israelí de Gaza, el aumento de ayuda a los gazatíes, entre otros puntos, y en una última fase un proceso para la reconstrucción del enclave.
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