Un nuevo estudio ha arrojado luz sobre un posible tratamiento con aspirina para la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una forma común de enfermedad hepática, que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Créditos: Every Day Health
La investigación, llevada a cabo por un equipo de expertos del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, sugiere que la aspirina de baja dosis podría desempeñar un papel crucial en la reducción de la grasa acumulada en el hígado, un síntoma característico de la NASH.
La NASH, también conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico, se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, lo que puede llevar a una inflamación y cicatrización del tejido hepático. Esto, a su vez, puede aumentar el riesgo de complicaciones graves como cáncer de hígado y cirrosis. Sin embargo, hasta ahora, las opciones de tratamiento para esta enfermedad han sido limitadas.
En este estudio, publicado recientemente en JAMA, los investigadores reclutaron a 80 adultos con diagnóstico de esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica (MASLD) y los dividieron aleatoriamente en dos grupos: uno que recibió una dosis diaria de aspirina de baja dosis (81 miligramos) y otro que recibió un placebo. Después de seis meses de tratamiento, los resultados fueron asombrosos.
Según el estudio, aquellos que tomaron aspirina experimentaron una reducción promedio del 6,6% en la cantidad de grasa en el hígado, en comparación con un aumento promedio del 3,6% en el grupo placebo. Además, más del 40% de los participantes que tomaron aspirina vieron una reducción del 30% o más en sus niveles de grasa hepática.
La Dra. Tracey Simon, líder del estudio y hepatóloga en el Hospital General de Massachusetts, señaló la importancia de estos hallazgos: «Es emocionante descubrir que un tratamiento de bajo costo y ampliamente accesible como la aspirina puede revertir efectivamente la acumulación de grasa y la inflamación en el hígado».
A pesar de estos resultados prometedores, los expertos advierten que aún es demasiado pronto para recomendar la aspirina como tratamiento estándar para la NASH. El Dr. Wajahat Mehal, director del Programa de Enfermedad Hepática Grasa de Yale, enfatizó que se necesitan más investigaciones antes de hacer recomendaciones generalizadas.
En resumen, este estudio ofrece esperanza para los pacientes con NASH al identificar un posible tratamiento que podría ayudar a reducir la grasa hepática y prevenir complicaciones graves en el futuro. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y determinar la seguridad y eficacia a largo plazo de la aspirina en este contexto.
¿Cómo actúa la aspirina?
La aspirina, también conocida como ácido acetilsalicílico, actúa principalmente como un antiinflamatorio y un analgésico. Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de la enzima ciclooxigenasa (COX), que a su vez disminuye la producción de prostaglandinas, sustancias químicas en el cuerpo que promueven la inflamación, la fiebre y el dolor. Al bloquear la acción de la COX, la aspirina reduce la inflamación, alivia el dolor y reduce la fiebre.
Además de sus efectos antiinflamatorios y analgésicos, la aspirina también tiene propiedades antitrombóticas. Esto significa que reduce la capacidad de las plaquetas sanguíneas para formar coágulos, lo que la hace útil en la prevención de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Sobre este estudio, se sugiere que la aspirina podría reducir la acumulación de grasa en el hígado, posiblemente a través de sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para modular la respuesta inflamatoria en el hígado. Sin embargo, el mecanismo exacto mediante el cual la aspirina afecta la grasa hepática aún no se comprende completamente y requiere mucha más investigación, por lo que diversos estudios se adelantan para revelar este misterio.