En un nuevo episodio de tensiones en la región asiática, Corea del Norte ha llevado a cabo el lanzamiento de un misil balístico de alcance intermedio hacia el Mar de Japón. Según informaciones proporcionadas por el ejército surcoreano.
Créditos: EFE.COM
El Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano comunicó que el proyectil, presuntamente un misil balístico de alcance intermedio, alcanzó una distancia de aproximadamente 600 kilómetros antes de impactar en las aguas del Mar de Japón. Además, se ha destacado que se está colaborando estrechamente con los ejércitos de Estados Unidos y Japón para analizar detalladamente las características del misil.
Este lanzamiento marca la décima prueba de armas de destrucción masiva realizada por Corea del Norte en lo que va de año. Se produce luego de una serie de lanzamientos de misiles balísticos de corto alcance supervisados por el líder norcoreano, Kim Jong-un, el pasado 18 de marzo.
Las autoridades japonesas, por su parte, informaron que el misil pareció caer fuera de la zona económica exclusiva japonesa, brindando un alivio momentáneo a la región.
Es importante destacar que este evento se produce en el contexto de un anuncio anterior del líder norcoreano Kim Jong-un sobre la intención de su país de lanzar tres dispositivos satelitales al espacio durante el año 2024, después de haber puesto en órbita su primer satélite espía en noviembre pasado.
El complejo del Centro de Lanzamientos Espaciales de Sohae, donde se llevó a cabo el reciente ensayo, ha sido objeto de actividad detectada por imágenes satelitales en los últimos días, lo que sugiere una intensificación de los esfuerzos por parte de Corea del Norte en el ámbito espacial y militar.
La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, mientras persisten las preocupaciones sobre la escalada de tensiones en la región y la posibilidad de que los ensayos nucleares y balísticos de Corea del Norte representen una amenaza para la estabilidad en Asia Oriental.
¿Corea del Norte se prepara para una guerra?
El régimen norcoreano ha intensificado sus pruebas de misiles y su retórica hostil hacia Corea del Sur en un momento de agitación mundial marcado por los conflictos en Ucrania y Gaza. Aprovechando la atención internacional desviada hacia estos acontecimientos, Pyongyang ha elevado su postura desafiante, aumentando la incertidumbre en la región de Asia Oriental.
Sin embargo, a diferencia de lo que algunos podrían especular, es poco probable que Corea del Norte pueda contar con un respaldo firme de Rusia o China en caso de un conflicto abierto. Aunque ambas potencias mantienen relaciones diplomáticas y económicas con el régimen de Pyongyang, la estabilidad regional y sus propios intereses globales podrían disuadirlos de apoyar activamente una escalada bélica en la península coreana.
Las tensiones en la península coreana no son un asunto exclusivo de la región. Dada la importancia estratégica de Asia Oriental en el escenario geopolítico mundial, cualquier conflicto en esta área tendría repercusiones significativas a nivel global, desde la economía hasta la seguridad internacional.
Corea del Norte ha rechazado rotundamente cualquier posibilidad de «contacto o negociación» con Japón, luego de que este último propusiera una cumbre entre ambos países. Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, expresó la posición del gobierno norcoreano, señalando que la decisión se tomó «tras haber determinado claramente la actitud de Japón». Además, denunció los intentos japoneses de interferir en la soberanía norcoreana al poner sobre la mesa los desarrollos del programa armamentístico y nuclear de Corea del Norte.
A pesar de los contactos bilaterales previos, Corea del Norte desestima cualquier posibilidad de un encuentro de alto nivel con Japón, considerando que la propuesta japonesa es principalmente un movimiento político para mejorar la imagen del primer ministro nipón, Fumio Kishida. La negativa norcoreana deja en claro la falta de voluntad para avanzar hacia una nueva relación entre ambos países y socava las posibilidades de una cumbre que sería la primera en dos décadas. El principal obstáculo para las relaciones bilaterales sigue siendo el tema de los secuestros de ciudadanos japoneses por parte de Corea del Norte, un problema que Tokio insiste en resolver antes de avanzar en cualquier otro aspecto de la relación bilateral.