La CEDEAO se tambalea mientras Níger, Malí y Burkina Faso se despiden con un portazo, acusando al bloque de sanciones «inhumanas» y falta de apoyo. En una movida sin precedentes, la fractura política en África Occidental deja a la región en una encrucijada: ¿es este el principio del fin para el multilateralismo en la zona o la oportunidad para un nuevo orden geopolítico? Entre sanciones, crisis de seguridad y la sombra de Rusia, el tablero africano se reconfigura.
Por: Alide Flores Urich Sass*
* Especialista en asuntos internacionales con experiencia en gestión de proyectos, consultoría e investigación. Instagram: @afus_fus
En su declaración conjunta, los tres países afirmaron que, en lugar de ayudarlos a combatir las amenazas a la seguridad, la CEDEAO impuso sanciones «ilegítimas, inhumanas e irresponsables» tras los golpes de Estado que llevaron a cabo para «tomar su destino en sus propias manos».
Es la primera vez en casi 50 años de existencia del bloque que sus miembros se retiran de esta manera. Analistas consideran que esta decisión representa un golpe sin precedentes para la organización y una amenaza adicional a la estabilidad de la región.
La Crisis en CEDEAO
Fundada en 1975, la CEDEAO es un bloque regional de 15 naciones con el objetivo de promover la cooperación e integración para mejorar el nivel de vida de sus pueblos y fortalecer la estabilidad económica.
Desde entonces, ha evolucionado hasta convertirse en la principal autoridad política de la región, colaborando con los Estados para abordar desafíos en política, economía y seguridad.
Bajo el liderazgo actual de Nigeria, la principal potencia económica de África Occidental, la CEDEAO es más necesaria que nunca, ya que la estabilidad de la región se ve amenazada por el auge de los golpes de Estado y las crisis de seguridad.
Sin embargo, algunos consideran que el bloque ha perdido respaldo y confianza entre los ciudadanos de África Occidental, quienes lo perciben como incapaz de representar sus intereses en una región donde persisten quejas sobre la falta de acceso a los abundantes recursos naturales de sus países.
Las relaciones entre la CEDEAO y los tres países se han deteriorado debido a la elección del bloque de imponer sanciones como herramienta clave para intentar revertir los golpes de Estado.
En respuesta, Níger, Malí y Burkina Faso crearon en noviembre la Alianza de Estados del Sahel, vista como un intento de legitimar sus gobiernos militares, establecer nuevas colaboraciones en seguridad y distanciarse cada vez más de la CEDEAO.
CEDEAO es más necesaria que nunca, ya que la estabilidad de la región se ve amenazada por el auge de los golpes de Estado y las crisis de seguridad
En su esfuerzo por restaurar el gobierno civil en los países afectados, la CEDEAO ha aplicado sanciones y rechazado cronogramas de transición prolongados. No obstante, la falta de evidencia que demuestre el compromiso de las juntas con la realización de elecciones democráticas dentro de los plazos establecidos es motivo de preocupación.
La salida de estos países del bloque podría retrasar el retorno de la democracia en la región y aumentar el riesgo de golpes de Estado en otras naciones.
La Influencia rusa
Ryan Cummings, director de la consultora de seguridad enfocada en África, Signal Risk, advierte que esta situación podría abrir una nueva oportunidad para que Rusia amplíe su influencia en el continente. Las relaciones entre los tres países y las naciones desarrolladas de Occidente y Europa ya se habían deteriorado tras los golpes de Estado.
En contraste, Rusia ha adoptado una postura más receptiva, aprovechando el sentimiento anti-francés y presentándose ante las naciones africanas como un actor que nunca colonizó el continente.El grupo mercenario ruso Wagner ya tiene presencia en Malí, donde colabora con las fuerzas armadas en la lucha contra grupos rebeldes.
Además, en Burkina Faso, medios estatales informaron recientemente sobre la llegada de soldados rusos con el objetivo de «fortalecer la cooperación militar y estratégica» entre ambos países. Asimismo, altos funcionarios de Rusia y Níger han mantenido encuentros bilaterales en fechas recientes.
No obstante, solo el tiempo permitirá conocer el rumbo de la estabilidad regional y el alcance de la cooperación entre las naciones.