Imagina a los piratas que navegaban por las cristalinas aguas del del Caribe, bailando sobre la cubierta de un barco, cantando canciones de mar y empinando el dulce licor mientras cantan “yo ho, ho, y una botella de ron”. ¿Pero por qué ron? ¿Qué fijación tenían los bribones de altamar con esa bebida en particular?
Por: Ivana Von Retteg*
*Escritora, guionista, gran conocedora y lectora apasionada de la ficción náutica y la piratería. IG: @ivana_von_retteg X: @IvanavonRetteg
Volvamos a los orígenes. Hace más de mil años, ya se destilaban bebidas a partir de la caña de azúcar en la antigua India y China; pero fue en el Caribe, gracias al maravilloso clima, donde esta destilación tomaría su forma final para convertirse en un elemento imprescindible entre marineros y piratas.
La caña de azúcar como tal tiene sus orígenes en Nueva Guinea, y fueron tanto los españoles como portugueses quienes la introdujeron al Nuevo Mundo convirtiéndola en un cultivo principal desde Cuba hasta Jamaica, Brasil y Puerto Rico.
Elaboración del ron
Su elaboración comienza con la fermentación de la melaza que se extrae de la caña de azúcar y se le agrega agua y levadura; luego, debe reposar dentro de barricas de madera por un largo tiempo (mínimo un año) para que comience el añejamiento. Factores como la levadura y la madera de las barricas contribuían a su sabor, así como las especias añadidas y cómo se almacenaba. Por lo general, el ron tenía un sabor cálido y dulce, con notas de caramelo, vainilla, especias, y a veces frutos tropicales.
El ron se producía en gran cantidad en las islas del Caribe, donde los piratas de la era dorada (siglos XVII y XVIII), operaban con frecuencia; la mera madriguera de los rufianes que era a su vez dominio del delicioso licor. Era una bebida local, fácil de obtener y transportar, en comparación con otras bebidas alcohólicas. Además de que su “vida útil”, era más larga por su alto contenido de alcohol y azúcar, ideal para las largas travesías en el mar. Se utilizaba también como una especie de “purificador de agua», ya que por su alto contenido de alcohol podía deshacerse de bacterias.
Ron: el más preciado botín de los piratas

Los piratas a menudo saqueaban barcos comerciales con mercancía, y en muy poco tiempo, el ron se volvió parte del glorioso botín. Envalentonaba a los hombres antes del combate y los alegraba ante los tiempos difíciles. De hecho, estaba dentro de las principales preocupaciones de un capitán pirata el garantizar suficiente ron durante el viaje para asegurar el buen ánimo. Llegó a ser un artículo tan importante que en un momento dado los piratas intercambiaban algunos bienes robados por más botellas de ron.
Incluso en El Código Pirata de Bartholomew Roberts se menciona que “todo hombre tiene derecho a licores fuertes”, mientras que en La Marina Real británica era un asunto mucho más controlado. El espíritu de libertinaje de los piratas en sí, sus alocadas fiestas y zafarranchos, más la accesibilidad del ron, se prestaron a construir todo el folclor que los une, inspirando a numerosos novelistas.
Por ejemplo, el famoso escritor escocés Robert Lewis Stevenson, autor de La Isla del Tesoro, relata en sus obra la estrecha relación entre el pirata John Silver y su adorado ron, mientras canta la canción más famosa del género:
“Quince hombres sobre el cofre del muerto.
Ron, ron, ron, la botella de ron.
La bebida y el diablo se llevaron al resto.
Ron, ron, ron, la botella de ron.”
Muchos años más tarde, esta canción sería adaptada para la saga Piratas del Caribe, donde el capitán Jack Sparrow muestra la misma fascinación por esta bebida.
Hoy en día, el ron sigue siendo una de las bebidas favoritas, no solo en el Caribe sino en todo el mundo. Según un artículo de Expansión: Fuera de Serie, estos son algunos de los mejores rones que podemos disfrutar: Flor de Caña Centenario 25 Años (Nicaragua), Dictador 20 Años (Colombia) y Zacapa XO Centenario (Guatemala).
En resumen, la asociación entre el ron y los piratas se debe a una combinación de factores históricos, geográficos y culturales, que dieron a luz a la leyenda. Puede que hoy no veamos a los bucaneros en los mares disparando cañones y brindando, pero todavía podemos disfrutar de su bebida favorita.