Un volcán en Islandia entró en erupción el sábado por la tarde por cuarta vez en tres meses, lanzando chorros de lava naranja hacia el cielo nocturno. Aunque no se informaron interrupciones en los vuelos en el cercano aeropuerto principal de Islandia, Keflavik, cientos de personas fueron evacuadas del popular spa termal Blue Lagoon cuando comenzó la erupción.
Créditos: Travel Industry Today
Según la Oficina Meteorológica de Islandia, la erupción abrió una fisura en la tierra de aproximadamente 3 km de largo entre las montañas Stóra-Skógfell y Hagafell en la península de Reykjanes. Esta erupción no tomó por sorpresa a las autoridades, ya que durante semanas habían estado advirtiendo sobre la acumulación de magma bajo tierra, indicando la posibilidad de una erupción inminente.
El sitio de la erupción se encuentra a pocos kilómetros al noreste de Grindavik, una ciudad costera de 3,800 habitantes ubicada a unos 50 km al suroeste de la capital, Reykjavik. Grindavik había sido evacuada previamente en noviembre debido a actividades sísmicas relacionadas con el sistema volcánico Svartsengi.
En cuanto a las erupciones anteriores, la primera ocurrió el 18 de diciembre, seguida por otra el 14 de enero. Ambas erupciones, aunque breves, causaron daños considerables a la ciudad de Grindavik. La última erupción, que comenzó el 8 de febrero, duró solo unas horas, pero destruyó parte de la infraestructura al engullir un oleoducto, lo que dejó a miles de personas sin calefacción ni agua caliente.
Magnús Tumi Guðmundsson, geofísico, declaró que esta última erupción es la más potente hasta ahora. Aunque Islandia está acostumbrada a las erupciones volcánicas debido a su ubicación sobre un punto caliente en el Atlántico Norte, esta serie de erupciones ha mantenido en alerta a las autoridades y residentes locales.
A pesar de la magnitud de las erupciones, no se han reportado muertes confirmadas. Sin embargo, un trabajador fue declarado desaparecido después de caer en una fisura abierta por el volcán. Estos eventos subrayan los desafíos y la preparación continua que enfrenta Islandia para manejar las erupciones volcánicas, incluso cuando el país ha experimentado en el pasado erupciones más disruptivas, como la del volcán Eyjafjallajokull en 2010, que causó cierres generalizados del espacio aéreo en Europa debido a las nubes de ceniza.
Las erupciones volcánicas en Islandia
Las erupciones volcánicas son relativamente comunes en Islandia debido a su ubicación geográfica única. El país se encuentra en el límite de dos placas tectónicas importantes: la Placa Norteamericana y la Placa Euroasiática. Estas placas están en constante movimiento, lo que provoca una intensa actividad geotérmica en Islandia.
La isla también se encuentra sobre el Punto Caliente de Islandia, una zona en la que el manto terrestre está más caliente de lo normal, lo que facilita la fusión del material rocoso y el ascenso de magma hacia la superficie. Esta combinación de factores geológicos hace que Islandia sea propensa a la actividad volcánica.
Además, el país cuenta con una gran cantidad de volcanes, algunos de los cuales entran en erupción regularmente. La mayoría de estas erupciones son relativamente pequeñas y no representan una amenaza significativa para la población o la infraestructura, pero ocasionalmente pueden ocurrir erupciones más grandes que requieren evacuaciones y pueden afectar al transporte y al turismo en la región.
