Este año marca un hito en la historia del cine: el centenario del nacimiento de Marlon Brando, uno de los actores más influyentes y legendarios de todos los tiempos. Recordado por sus interpretaciones inolvidables en películas como «The Godfather» y «Apocalypse Now», Brando dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica y sigue siendo una figura emblemática cuyo legado perdura hasta el día de hoy.
Créditos: El Tiempo
Nacido el 3 de abril de 1924 en Omaha, Nebraska, Brando creció en un ambiente familiar complicado. Su padre, Marlon Brando Sr., era un hombre de negocios y alcohólico, mientras que su madre, Dorothy «Dodie» Julia, era una actriz de teatro con sueños de grandeza. Desde temprana edad, Brando mostró un talento natural para la actuación, pero también fue testigo de los desafíos y las tensiones que surgían en su hogar.
A pesar de la oposición de su padre, Brando decidió seguir su pasión por la actuación y se mudó a Nueva York para estudiar en el prestigioso Actors Studio. Allí, bajo la tutela de la renombrada maestra Stella Adler, Brando desarrolló su propio estilo de actuación, influido en gran medida por el método Stanislavski, que enfatizaba la conexión emocional y psicológica del actor con su personaje.
El talento de Brando pronto llamó la atención de la crítica y del público. Su primera gran actuación en Broadway fue en la obra «A Streetcar Named Desire» de Tennessee Williams, dirigida por Elia Kazan. En el papel de Stanley Kowalski, Brando cautivó a la audiencia con su presencia magnética y su interpretación visceral, estableciéndose como una estrella en ascenso en el mundo del teatro.
El debut de Marlon Brando
Pero fue en el cine donde Brando alcanzaría la fama y el reconocimiento mundial. Su debut en la gran pantalla fue en la película «The Men» en 1950, donde interpretó a un veterano de guerra parapléjico. Sin embargo, fue su actuación en «A Streetcar Named Desire» en 1951 lo que lo catapultó a la fama. Repitiendo su papel de Stanley Kowalski, Brando demostró una vez más su capacidad para encarnar personajes complejos y emocionalmente resonantes, ganándose elogios tanto de críticos como de audiencias.
A lo largo de la década de 1950, Brando continuó consolidando su estatus como uno de los actores más talentosos y versátiles de Hollywood. Sus interpretaciones en películas como «Viva Zapata!» (1952) y «Julius Caesar» (1953) le valieron elogios adicionales y nominaciones al premio de la Academia. Pero fue su papel en «On the Waterfront» (1954) lo que finalmente le otorgó su primer Óscar como Mejor Actor. En esta película, Brando interpretó a Terry Malloy, un exboxeador que lucha contra la corrupción en los muelles de Nueva York, en una actuación que sigue siendo aclamada como una de las mejores de la historia del cine.
Sin embargo, Brando no se conformó con seguir el camino convencional de Hollywood. A lo largo de su carrera, desafió las expectativas y se negó a conformarse con roles estereotipados o convencionales. En lugar de eso, buscó personajes complejos y desafiantes que desafiaban las normas establecidas y exploraban temas sociales y políticos controvertidos.
Uno de los papeles más icónicos de Brando fue el de Vito Corleone en «The Godfather» (1972), dirigida por Francis Ford Coppola. En esta película, Brando interpretó al patriarca de una familia criminal italiana con una presencia imponente y una profundidad emocional impresionante. Su actuación le valió su segundo Óscar como Mejor Actor, aunque Brando optó por rechazar el premio en protesta por la representación de los nativos americanos en la industria del cine.
Además de su trabajo en la pantalla, Brando también fue conocido por su activismo político y social. Se involucró en causas como los derechos civiles y la lucha contra el racismo, y fue un defensor apasionado de los pueblos indígenas y marginados. A lo largo de su vida, Brando utilizó su fama y su plataforma para abogar por el cambio y la justicia social, estableciéndose como una voz influyente en la lucha por la igualdad y los derechos humanos.
A pesar de su éxito en el mundo del cine, la vida personal de Brando estuvo marcada por la tragedia y el conflicto. Se casó en tres ocasiones y tuvo numerosas relaciones, pero también luchó contra la soledad y la depresión. Su relación con su familia fue complicada, y enfrentó desafíos como el suicidio de su hija Cheyenne y el asesinato del novio de esta.
A lo largo de su vida, Marlon Brando fue una figura enigmática y compleja, admirada por su talento y criticada por sus imperfecciones. Pero su impacto en el mundo del cine y su legado perduran hasta el día de hoy. A cien años de su nacimiento, recordamos a Marlon Brando como un verdadero icono rebelde que desafió las convenciones y cambió para siempre la forma en que entendemos la actuación y el arte del cine. Su grandeza y sus contradicciones aún resuenan con actualidad, recordándonos que, en palabras de su amigo Jack Nicholson, «no hay nadie antes ni después como Marlon Brando».