¿Cuántas veces hemos estado tentados a bajar los precios de los productos o servicios que vendemos con la idea de que ello va a ayudar a mejorar las ventas? En un mundo donde la competencia es ya mundial y las opciones abundan, los consumidores están inundados de productos y servicios, simplemente a un click de distancia usando el celular…
Por: Pablo Meyer, experto en comunicación y mercadotecnia, y director de Pablo Meyer y Asociados
Para atraer más clientes, muchas empresas optan por la estrategia más sencilla: bajar los precios. Sin embargo, aunque esta táctica puede parecer efectiva a corto plazo, puede ser contraproducente a largo plazo. ¿Por qué?
Porque los consumidores inteligentes buscan más que un precio bajo. Buscan valor, experiencias y marcas con las que se identifiquen.
La falacia del precio más bajo
Durante años, hemos sido bombardeados con mensajes que nos incitan a buscar siempre el mejor precio. Pero ¿qué pasa cuando encontramos ese producto «barato»?
A menudo, descubrimos que la calidad es inferior, que el servicio al cliente es deficiente, o que simplemente no cumple nuestras expectativas. La realidad es que la mayoría de los consumidores, están dispuestos a pagar un poco más por productos y servicios que les brinden una experiencia positiva y satisfagan sus necesidades de manera integral.
Por eso, a menos que vendamos productos sin diferenciadores (commodities), como frutas o azúcar a granel, por nombrar algunos, la estrategia de tener los precios más bajos puede resultar complicada y contraproducente.
Si tu única diferencia es el precio, a menos que seas una tienda como Walmart o Temu; que vendas ropa como Shein, o seas una aerolínea como Southwest, tu competencia podría simplemente bajar sus precios, iniciando una carrera sin fin donde a la larga, todos pierden.
Crédito: The Coca-Cola Company.
Imagina dos botellas de agua: una marca genérica y otra de una marca premium. Ambas contienen agua, pero la marca premium ofrece una experiencia diferente a través de su diseño, sabor, origen o historia. Los consumidores están dispuestos a pagar más por esta experiencia adicional y por ello existen literalmente cientos de marcas de agua diferentes que ofrecen algo único, aunque todas a fin de cuentas vendan agua.
Desde la perspectiva de los consumidores, aquellos que reaccionan positivamente a los precios bajos, suelen carecer de lealtad a la marca y cambiarán al primer competidor que ofrezca un precio más bajo. Son lo que llamamos «mercenarios».
Por otro lado, si tu producto o servicio ofrece un valor agregado, las personas lo apreciarán y te seguirán aunque no seas el más barato del mercado. Starbucks no es el café más barato, Apple no hace los teléfonos más baratos, Nike no fabrica los tenis más económicos y City Market no ofrece la comida más barata.
¿Cómo definir los precios?
Tradicionalmente, los precios se establecían bajo el concepto de «cost basis», es decir, cuánto cuesta fabricar un producto y luego agregar un margen determinado. Esta es todavía la fórmula de muchos productos, desde perecederos en el supermercado, hasta automóviles.
Posteriormente, surgió otro criterio más centrado en el mercado y los consumidores: ¿Cuánto cobra mi competencia? y con base en eso, se determinaba cuánto debíamos cobrar.
Un criterio más sofisticado, se centra en el valor agregado y el beneficio que ofrece nuestro producto.Piensa en una bolsa de mujer Louis Vuitton, un reloj Rolex o un auto Ferrari. Sin duda, el precio de estos productos se basa en el beneficio percibido por los consumidores y no en el costo de fabricación; ya que por ejemplo, una bolsa de una marca de lujo, se vende mucho más arriba de lo que realmente costó fabricarla.
La importancia de la diferenciación
Crédito: Apple.com
En un mercado saturado, la diferenciación es lo que nos distingue de la competencia. Se trata de encontrar aquello que hace a nuestro producto único y valioso a los ojos de los clientes.
Este diferenciador puede ser un ingrediente especial, un diseño innovador, una atención al cliente excepcional o una historia de marca inspiradora.
Al diferenciarnos, creamos un vínculo emocional con los clientes y los convertimos en embajadores de la marca.
¿Qué diferenciadores puede haber?
Crédito: Starbucks.
Puedes lograr diferenciadores en funcionalidad, como el servicio, la facilidad de uso, o características técnicas; o bien, diferenciadores emocionales, como la sensación de bienestar al comprar algo de moda, de lujo o ecológico. Cuanto más emocional sea el acercamiento de los clientes hacia las marcas, mayor será su lealtad.
5 marcas que han transformado commodities en productos con valor agregado
1. Apple
Apple transformó un producto tan básico como el teléfono móvil en un objeto de deseo, símbolo de estatus y centro de un ecosistema completo de servicios y aplicaciones. La marca Apple se construyó en torno a la innovación, el diseño y la experiencia de usuario.
2. Starbucks
Convirtió el simple acto de tomar café, en una experiencia social y un ritual diario. Al crear un ambiente acogedor, ofrecer una amplia variedad de bebidas personalizadas y construir una marca asociada al estilo de vida, Starbucks hizo que el café dejara de ser solo una bebida, para convertirse en un momento de conexión y disfrute.
3. Nike
Crédito: Nike.com
Más allá de fabricar zapatos deportivos, Nike se convirtió en una marca que representa el atletismo, la superación personal y la pasión. Sus campañas publicitarias y el patrocinio de grandes deportistas han posicionado a Nike como una marca aspiracional y motivadora.
4. Coca-Cola
Aunque la Coca-Cola es un refresco, la marca ha logrado trascender este concepto al asociarse con momentos de felicidad, amistad y celebración. Su icónica botella y sus campañas publicitarias han hecho de Coca-Cola mucho más que una bebida gaseosa.
5. Harley-Davidson
Las motocicletas son un medio de transporte, pero Harley-Davidson las convirtió en un estilo de vida. La marca representa la libertad, la rebeldía y la aventura, y sus propietarios forman parte de una comunidad única.
¿Cómo lo lograron?
Estas marcas han utilizado diversas estrategias para transformar commodities, en productos con valor agregado:
1. Branding
Crearon una identidad de marca fuerte y memorable, asociada a valores y emociones.
2. Innovación
Introdujeron características y funcionalidades únicas en sus productos.
3. Experiencia de cliente
Ofrecieron una experiencia de compra y consumo excepcional.
4. Marketing emocional
Conectaron con las emociones de sus consumidores a través de historias y campañas publicitarias.
5. Comunidades
Construyeron comunidades en torno a sus marcas, fomentando el sentido de pertenencia y la lealtad.
Como análisis final, piensa en una marca determinada que vaya a desaparecer del mercado mañana. ¿Te importaría o simplemente comprarías la siguiente marca disponible?
No quieres que esa marca o producto sea el tuyo, ¿verdad? Piensa y medita qué te puede hacer diferente…
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