El Senado de México aprobó en lo general una polémica reforma pensional que ha generado diversas reacciones y debates. La reforma contempla la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, destinado a garantizar jubilaciones con el 100 % del último sueldo a los trabajadores mexicanos que ingresaron a la formalidad laboral a partir de 1997, con un tope de 17.000 pesos mensuales (unos 990 dólares).
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La aprobación de la reforma se dio tras una larga jornada de discusiones y fue respaldada por 70 votos a favor, 43 en contra y 2 abstenciones. El fondo se financiará inicialmente con una bolsa de 40.000 millones de pesos (unos 2.334 millones de dólares), provenientes de recursos de cuentas inactivas en las Administradoras de Fondos para el Retiro (afores) de trabajadores mexicanos con 70 años en el sector privado y 75 años en el sector público.
Uno de los puntos más controvertidos de la reforma es la imprescriptibilidad de los ahorros de los trabajadores, lo que permitiría que puedan requerirlos de vuelta en caso de haberse transferido al nuevo fondo de pensiones. La propuesta también contempla otras fuentes de financiamiento, como adeudos de diversas entidades por más de 88.500 millones de pesos.
Durante las discusiones, hubo críticas y preocupaciones expresadas por diferentes sectores. La senadora Lilia Valdez, del partido oficialista Morena, destacó la importancia de garantizar pensiones justas y solidarias. Sin embargo, el senador del Partido Acción Nacional (PAN), Julen Rementería, expresó preocupación por la falta de control y la posible discrecionalidad en el manejo de los recursos, calificando la reforma como un «robo de los recursos de los trabajadores».
Por otro lado, la senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes, criticó la falta de un análisis profundo de la reforma y advirtió sobre posibles controversias constitucionales. En respuesta, el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la reforma como una medida necesaria para garantizar pensiones dignas a los trabajadores mexicanos.
¿Qué representa esta reforma a futuro?
La aprobación de la reforma pensional en México, con la creación del Fondo de Pensiones para el Bienestar, marca un hito importante en el sistema de pensiones del país. Esta medida busca garantizar jubilaciones con el 100 % del último sueldo a los trabajadores que ingresaron a la formalidad laboral después de 1997. Con una bolsa inicial de 40.000 millones de pesos, se pretende asegurar una tasa de reemplazo del 100 %, con un tope de 17.000 pesos mensuales.
La finalidad principal de esta reforma es proporcionar una tasa de reemplazo justa y digna para los mexicanos al momento de jubilarse. Sin embargo, la aprobación de esta medida no estuvo exenta de controversias y críticas, ya que algunos senadores han expresado preocupaciones sobre la discrecionalidad y falta de control en el manejo de los recursos del fondo.
Entre las críticas más destacadas se encuentra la falta de establecimiento de reglas claras para garantizar la transparencia y el uso adecuado de los recursos. Además, se ha cuestionado la forma en que se financiará el fondo, incluyendo el uso de recursos de cuentas inactivas en las Administradoras de Fondo para el Retiro (afores) y adeudos de diversas entidades.
A pesar de las críticas, la reforma también contempla aspectos positivos, como la imprescriptibilidad de los ahorros de los trabajadores y la posibilidad de requerirlos en caso de necesidad. Esto podría brindar una mayor protección social a los trabajadores y contribuir a reducir la pobreza en la vejez en México.