En las últimas semanas, la Tauromaquia ha vuelto a estar en el ojo del huracán. Su historia se remonta a la época colonial.
Créditos: Revista Apolo
Desde los albores de la historia de México, las corridas de toros han sido una parte integral de la cultura y las tradiciones del país. Surgieron en un contexto colonial, marcado por la llegada de los conquistadores españoles y la fusión de culturas que caracterizó la época.
Desde entonces, las corridas de toros han evolucionado y se han arraigado en la identidad nacional, siendo tanto una expresión artística como una manifestación de la pasión y la valentía.
La primera referencia documentada de una corrida de toros en México se remonta al año 1526, cuando Hernán Cortés menciona en una carta dirigida al Rey de España que, al regresar de Las Hibueras (hoy Honduras), se estaban corriendo toros en el país. Esta fecha, el 24 de junio de 1526, se considera históricamente como la primera corrida de toros en México.
Pero no fue sino hasta el 13 de agosto de 1529 cuando las corridas de toros se instituyeron oficialmente en México para conmemorar el Aniversario de la Toma de la Gran Tenochtitlán. Estas primeras corridas se celebraron en la plazuela llamada Del Marqués, ubicada en lo que hoy es parte del terreno de la Catedral de la Ciudad de México.
La tauromaquia en México también tiene una conexión histórica con España. En 1527, Juan Gutiérrez de Altamirano, primo de Hernán Cortés, importó doce pares de toros y vacas de lidia de Navarra, España, para la Hacienda de Atenco en el Estado de México. Esta importación marcó el inicio de la Ganadería de Atenco, considerada la más antigua del mundo.
La historia de las plazas de toros en México es igualmente fascinante. La Plaza de Toros Rodolfo Gaona, ubicada en el municipio de Cañadas de Obregón, en el estado de Jalisco, se considera la más antigua de América, datando del año 1680. Esta antigua plaza jalisciense, construida por Agapito Gómez, precede a otras plazas taurinas de renombre en España y América.
Con el paso del tiempo, las corridas de toros continuaron siendo una parte importante de la vida social y cultural de México. Durante el siglo XIX, se construyeron varias plazas de toros en la Ciudad de México, incluyendo la Plaza El Volador y el Coso de Chapultepec, donde se celebraban corridas de toros con la participación de toreros profesionales como Tomás Venegas y Pedro Montero.
Incluso durante momentos históricos tumultuosos como la Guerra de Independencia, las corridas de toros persistieron en México. Miguel Hidalgo y Costilla, considerado el Padre de la Patria, era un apasionado aficionado a la fiesta brava y también criaba toros bravos en su hacienda El Jaripeo en Guanajuato.
La conexión entre la tauromaquia y figuras prominentes de la historia mexicana, como Hidalgo y Costilla, añade una capa adicional de significado a esta tradición arraigada en la identidad nacional.
A lo largo de los siglos, las corridas de toros han evolucionado en México, adaptándose a los gustos y sensibilidades cambiantes de la sociedad.
Durante el siglo XX, la tauromaquia experimentó un auge de popularidad sin precedentes en México, con la emergencia de figuras legendarias como Carlos Arruza, Rodolfo Gaona y Fermín Espinosa «Armillita».
Estos toreros no solo alcanzaron fama internacional, sino que también elevaron el estatus de la tauromaquia en la cultura mexicana, convirtiéndola en un símbolo de identidad nacional y orgullo patrio.
Tauromaquia entre la espada
Sin embargo, a pesar de su arraigo en la sociedad mexicana, la tauromaquia ha sido objeto de controversia y debate. Grupos defensores de los derechos de los animales han criticado la práctica por considerarla cruel y despiadada hacia los toros, lo que ha llevado a protestas y llamados para prohibir las corridas de toros en todo el país.
Este debate ha llegado a los tribunales en múltiples ocasiones, incluyendo recientes disputas legales en torno a la Plaza México, el recinto taurino más grande del mundo.
La suspensión provisional de las corridas de toros en este emblemático lugar ha generado un intenso tira y afloja entre activistas, empresarios y detractores.
En 2024, la controversia sobre la tauromaquia en México sigue siendo relevante y candente. Recientemente, un Tribunal Colegiado de Ciudad de México revocó una suspensión provisional que había impedido los espectáculos en la Plaza México, permitiendo así que los eventos del próximo domingo 4 y lunes 5 de febrero se llevran a cabo según lo programado.
Esta decisión, aunque aclara la situación legal de las corridas de toros en la plaza, no ha zanjado la polémica que rodea a esta práctica ancestral.