El regreso del personal diplomático y sus familias, previamente acreditados en la Embajada de México en Ecuador, a territorio mexicano el pasado domingo marcó un punto crítico en la relación bilateral entre México y Ecuador. Esta decisión fue tomada como respuesta directa al operativo llevado a cabo por las fuerzas de seguridad ecuatorianas el viernes anterior, en el cual irrumpieron en la sede diplomática mexicana con el objetivo de arrestar al exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
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La canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, justificó la acción de las fuerzas de seguridad argumentando un «riesgo real de fuga inminente» por parte de Glas. Sin embargo, México denunció enérgicamente esta intervención, considerándola una «flagrante y grave violación» de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, específicamente en lo que respecta a la inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas y la seguridad del personal mexicano acreditado en el país andino.
El retorno del personal diplomático a México marca el inicio de una nueva fase en esta crisis diplomática, con posibles consecuencias que se extienden más allá de las fronteras de ambos países. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha convocado sesiones extraordinarias del Consejo Permanente para abordar el tema, reflejando la preocupación regional por la ruptura de relaciones entre dos importantes actores latinoamericanos.
Por su parte, México ha anunciado su intención de llevar el incidente ante la Corte Internacional de Justicia, buscando un pronunciamiento sobre la violación de sus derechos soberanos y la seguridad de su personal diplomático. Además, la defensa del exvicepresidente Jorge Glas ha presentado un recurso de habeas corpus en un intento por asegurar su liberación de la cárcel de máxima seguridad de La Roca en Guayaquil, profundizando aún más la complejidad legal y política del caso.
Este quiebre en las relaciones diplomáticas entre México y Ecuador no solo ha generado tensiones bilaterales, sino que también ha despertado preocupación sobre el respeto a las normas internacionales y el mantenimiento de la estabilidad en la región latinoamericana. A medida que la situación evoluciona, queda por verse cómo se resolverán estas tensiones y qué impacto tendrán en el panorama político y diplomático de América Latina. Permaneceremos atentos a los desarrollos futuros y proporcionaremos actualizaciones conforme la situación avance.
¿Qué pasará después con Ecuador?
Después de los acontecimientos ocurridos en Quito, Ecuador enfrenta una serie de posibles implicaciones internacionales que podrían afectar su posición en la comunidad internacional.
- Condena Internacional: La acción de las autoridades ecuatorianas en la Embajada mexicana ha generado una condena generalizada por parte de diversos actores internacionales. Esta condena puede socavar la confianza de otros países, agencias de cooperación y organismos multilaterales en la capacidad de Ecuador para respetar las normas diplomáticas y los derechos humanos. Además, esta situación podría tener un impacto negativo en la reputación internacional del país, afectando sus relaciones bilaterales y su participación en organizaciones internacionales.
- Sanciones Diplomáticas: Existe la posibilidad de que algunos gobiernos decidan tomar medidas más severas contra Ecuador en respuesta a la violación de la inviolabilidad de la embajada mexicana. Esto podría incluir la interrupción de las relaciones bilaterales y la imposición de sanciones diplomáticas. Si bien hasta el momento solo Nicaragua se ha sumado al rompimiento de relaciones diplomáticas decretado por México, otras naciones podrían seguir su ejemplo y tomar medidas similares.
- Medidas Multilaterales o Sanciones Económicas: Foros internacionales como el Parlamento del Mercosur (Parlasur) podrían solicitar la suspensión de Ecuador como estado asociado del Mercosur, y otros representantes de la región podrían exigir reuniones urgentes de organismos multilaterales para abordar la crisis diplomática. Sin embargo, es poco probable que se emitan sanciones económicas internacionales, ya que estos procesos suelen ser complejos y requieren un consenso entre los países miembros.
- Demandas Internacionales: México ha anunciado su intención de llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para denunciar las violaciones al derecho internacional por parte de Ecuador. Si bien este tipo de procedimientos pueden llevar varios años en llegar a un desenlace, representan una amenaza para la reputación y la credibilidad del país en el ámbito internacional. Ejemplos pasados, como la demanda de Ecuador contra Colombia por la fumigación aérea con glifosato, ilustran la complejidad y la duración de estos procesos legales internacionales.
