¿Cómo es subir el Everest? Las nubes espesas y turbias dominan el cielo, mientras vientos gélidos transportan nieve a velocidades superiores a los 160 km/h (100 mph). Con temperaturas heladas de -34 ºC (-30 ºF), las tormentas de nieve y las avalanchas son frecuentes, poniendo en peligro la vida de quienes se aventuran en su ascenso.
Créditos: CNN
Estas condiciones son típicas en el monte Everest, la montaña más alta del mundo, ubicada entre Nepal y el Tíbet en el Himalaya, con una altura de 8.849 metros (29.032 pies). Su cima se eleva por encima de la mayoría de las nubes en el cielo, desafiando a quienes sueñan con conquistarla.
Escalar el Everest requiere meses, a veces años, de entrenamiento y aclimatación. Aun así, alcanzar la cima está lejos de ser garantizado. Más de 300 personas han perdido la vida en esta montaña implacable.
A pesar de los riesgos, cada primavera boreal, cientos de escaladores se lanzan a la aventura, decididos a alcanzar la cima. Entre ellos, se encuentran individuos como el Dr. Jacob Weasel, un cirujano traumatólogo que logró el ascenso en mayo del año pasado después de un año de preparación.
Weasel, como muchos otros, se sorprendió al descubrir que su excelente estado físico no era suficiente para enfrentar el desafío que representaba el Everest. La altitud extrema y la falta de oxígeno hacen que cada paso sea una lucha agotadora.
Los escaladores deben aclimatarse a los niveles decrecientes de oxígeno mediante una rotación de aclimatación en los campamentos designados en la montaña. Este proceso aumenta las posibilidades de supervivencia y éxito en la cima.
La «zona de la muerte» del Everest, por encima de los 7.000 metros (23.000 pies), presenta niveles de oxígeno tan bajos que el cuerpo humano lucha por sobrevivir. La mayoría de los escaladores utilizan oxígeno suplementario en esta altitud extrema.
La montaña también presenta otros peligros, como el edema cerebral de gran altitud (HACE), que puede causar hinchazón en el cerebro debido a la falta de oxígeno, y condiciones climáticas extremas que pueden resultar en avalanchas y caídas mortales.
A pesar de los desafíos y los peligros, muchos escaladores continúan siendo atraídos por el deseo de conquistar la montaña más alta del mundo. Para ellos, la cima del Everest representa una mezcla única de desafío, belleza y conexión con algo más grande que uno mismo. La montaña se convierte en un recordatorio de la fragilidad y la grandeza de la vida humana, una experiencia que transforma a quienes se aventuran en su ascenso.
¿Quiénes pueden subir el Everest?
Cualquier persona que esté física y mentalmente preparada, y que haya adquirido la experiencia y habilidades necesarias, puede intentar escalar el Everest. Sin embargo, la escalada al Everest no es una hazaña para tomar a la ligera. Se requiere un alto nivel de condición física y resistencia, así como experiencia en escalada en alta montaña y en condiciones extremas.
Además, se necesita obtener un permiso de escalada del Gobierno de Nepal o de China (dependiendo de la ruta) y unirse a una expedición organizada por una agencia de montañismo autorizada. Estas expediciones suelen requerir una inversión considerable en términos de tiempo y dinero, ya que el equipo, los guías, el transporte, la alimentación y otros servicios necesarios son costosos.
Es importante destacar que el Everest es una montaña peligrosa y ha cobrado la vida de muchas personas. La altitud extrema, las condiciones climáticas impredecibles, la falta de oxígeno y otros factores hacen que la escalada sea extremadamente desafiante y arriesgada. Por lo tanto, es crucial estar bien preparado y contar con el equipo adecuado, así como respetar las normas y regulaciones establecidas para la escalada en la montaña.
