En una reciente reunión de la Junta de Gobernadores de la Agencia Atómica de la ONU, Estados Unidos ha formulado un llamado contundente a Irán para que diluya todo su uranio enriquecido hasta el 60% de pureza, un nivel cercano al requerido para la fabricación de armas nucleares, según informes proporcionados por Reuters.
Créditos: Infobae
La declaración emitida por Washington durante este encuentro, además de solicitar la dilución completa del uranio enriquecido, también condenó las acciones llevadas a cabo por el régimen de Teherán contra algunos inspectores del organismo encargados de supervisar las instalaciones nucleares iraníes.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha informado a los Estados miembros que las reservas iraníes de uranio enriquecido hasta el 60% han disminuido ligeramente en el último trimestre. Esta disminución se atribuye al proceso de dilución o «rebajado» de material altamente enriquecido, que ha superado la producción reciente.
Estados Unidos ha expresado su preocupación por las reservas de este material altamente enriquecido que mantiene Irán, señalando que estas reservas superan ampliamente los límites establecidos por el acuerdo nuclear internacional de 2015, conocido como JCPOA. Según este acuerdo, las reservas del material enriquecido no deben exceder los 300 kilos, mientras que las actuales superan los 5.164 kilos, en diferentes grados de pureza.
Además de la cuestión del uranio enriquecido, Estados Unidos ha condenado diversas medidas adoptadas por Irán que han sido objeto de críticas por parte del OIEA, incluida la prohibición de algunos de los inspectores más experimentados del organismo.
Por su parte, Irán ha negado las acusaciones de que esté buscando desarrollar armas nucleares, argumentando que su programa nuclear tiene fines pacíficos, como la energía y la medicina. Sin embargo, las potencias occidentales han cuestionado la necesidad de enriquecer uranio a niveles tan altos con fines civiles.
Estas tensiones entre Estados Unidos e Irán en el ámbito nuclear se suman a un contexto más amplio de incertidumbre internacional en el que las acciones de Irán son vistas como contrarias al comportamiento de otros Estados no poseedores de armas nucleares.
Cabe destacar que estas tensiones se intensificaron a partir de la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015 en 2018, bajo la administración del entonces presidente Donald Trump, lo que llevó a Irán a comenzar a incumplir los términos del acuerdo un año después.
La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, preocupada por las implicaciones que puedan tener para la estabilidad y la seguridad regional e internacional.
¿Por qué se usaría el uranio?
El uranio es un elemento químico que se utiliza en aplicaciones nucleares debido a su capacidad para someterse a reacciones nucleares de fisión, en las cuales los núcleos de uranio se dividen en dos núcleos más pequeños al ser bombardeados con neutrones. Esta fisión nuclear libera grandes cantidades de energía en forma de calor, que puede ser utilizada para generar electricidad en reactores nucleares.
Además de su uso en la generación de energía nuclear, el uranio también es crucial en la producción de armas nucleares. En este contexto, el uranio enriquecido se utiliza para aumentar la concentración de isótopos fisionables, particularmente uranio-235, que son necesarios para mantener una reacción de fisión nuclear sostenida. Cuando el uranio es enriquecido a niveles altos de pureza, por ejemplo, alrededor del 90% de uranio-235, se convierte en material apto para la fabricación de armas nucleares.
Por lo tanto, el uranio es utilizado tanto en aplicaciones pacíficas, como la generación de energía eléctrica, como en aplicaciones militares, como la producción de armas nucleares. El control y la regulación del uranio enriquecido es un tema de gran importancia en el ámbito internacional debido a las implicaciones tanto en términos de seguridad energética como de seguridad internacional
