Créditos: La República.co, El País, El Universo
Durante la última semana, Sudamérica ha experimentado temperaturas extremas, generando preocupación y planteando interrogantes sobre la interpretación de estos fenómenos climáticos.
Entre el 21 y el 25 de enero, una ola de calor afectó al centro-sur de Chile y Argentina, así como a la zona central de Colombia. Santiago de Chile alcanzó los 36,7°C, marcando la tercera temperatura más alta registrada en 112 años. En Colombia, donde se decretó el estado de desastre natural debido a los incendios forestales, varios municipios también registraron temperaturas por encima del promedio.
Impacto en Colombia: incendios forestales y emergencia nacional

En Colombia, los incendios forestales han sumido a Bogotá en columnas de humo, generando la implementación de medidas para proteger a la población. La alta temperatura ha creado condiciones propicias para la propagación de incendios, algunos de los cuales son atribuidos a la imprudencia humana al encender fogatas cerca de la vegetación.
El gobierno nacional ha puesto en marcha un plan de acción que incluye la declaración de desastre natural, anunciada por el presidente de la República, Gustavo Petro. Además, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ya ha solicitado asistencia internacional a Chile, Estados Unidos y España para controlar los incendios.
El biólogo Arnold García Samaca de la Universidad Nacional de Colombia advierte sobre las consecuencias de estos incendios en la vegetación nativa. El aumento de incendios beneficia a especies no nativas, desplazando a la vegetación autóctona y generando graves problemas ambientales.
Impacto en Argentina: temperaturas récord en la Patagonia
En la Patagonia argentina, se han registrado temperaturas récord, superando los 40 grados centígrados. Ciudades como Trelew y Bariloche han alcanzado marcas históricas, con temperaturas que superan los registros anteriores en varios grados. Aunque se descarta la influencia del fenómeno de El Niño, un centro de alta presión ha favorecido el avance de aire cálido hacia la región.
Impacto en Chile
El intenso calor sigue su expansión por el centro y sur del territorio, marcando termómetros con máximas de 36°C. Informes del cuerpo oficial de bomberos de Chile revelan que, en lo que va del año, se han atendido 80 llamados de emergencia por incendios, dejando tras de sí la desolación de 1.100 hectáreas calcinadas. La región más golpeada por estas llamas voraces es Araucanía, enfrentando un total de 34 conflagraciones.
La combinación de temperaturas extremas y condiciones secas crea un caldo de cultivo propicio para la proliferación de incendios forestales, acentuando la urgencia de estrategias efectivas de prevención y respuesta. La comunidad, junto con las autoridades, enfrenta el desafío de proteger tanto la seguridad de las personas como la integridad de los valiosos recursos naturales en medio de esta crisis ambiental.
Alerta en Ecuador y pronóstico en Uruguay
Ecuador ha controlado un incendio en la Reserva Ecológica El Ángel, pero las altas temperaturas persisten. En Uruguay, se espera una ola de calor con temperaturas máximas de entre 34 y 38 grados Celsius hasta el 4 de febrero. Expertos explican que el fenómeno de El Niño y la estación estival contribuyen a estas altas temperaturas.
Consecuencias en la salud y el medio ambiente

El creciente número de incendios forestales en Sudamérica ha suscitado preocupaciones significativas en relación con la salud pública. Jorge Bonilla, director del seminario de Economía Ambiental en la Universidad de los Andes, destaca que la quema de biomasa durante estos incendios libera contaminantes al aire, teniendo un impacto directo en la calidad del aire y la salud de la población.
La emisión de contaminantes durante la combustión de biomasa incluye partículas finas, dióxido de azufre y otros compuestos nocivos. Estos contaminantes pueden provocar problemas respiratorios, exacerbando condiciones preexistentes como el asma y afectando la salud cardiovascular. La exposición prolongada a la mala calidad del aire también puede tener efectos a largo plazo en la salud pulmonar.
En respuesta a esta situación, las autoridades en Bogotá han tomado medidas preventivas, como recomendar el uso de mascarillas y aconsejar a la población evitar salir a la calle cuando la calidad del aire sea perjudicial. Estas precauciones buscan reducir la exposición directa a los contaminantes atmosféricos y minimizar los riesgos para la salud de los residentes.
La problemática va más allá de las consecuencias inmediatas, ya que la exposición continua a la contaminación del aire puede tener implicaciones a largo plazo para la salud pública.
Pronóstico para Sudamérica y advertencias de organismos internacionales
En un comunicado reciente, el Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño ha emitido una advertencia significativa sobre las condiciones climáticas en Centroamérica y gran parte de Sudamérica para los próximos tres meses. La organización destaca la posibilidad de experimentar temperaturas más cálidas de lo normal, instando a la población a extremar precauciones ante posibles nuevas olas de calor.
La influencia del fenómeno de El Niño es un factor determinante en este pronóstico. El fenómeno, caracterizado por el calentamiento anormal de las aguas superficiales del océano Pacífico tropical, contribuye al aumento de las temperaturas y eventos climáticos extremos en diversas regiones. En este contexto, se espera que Centroamérica y partes significativas de Sudamérica experimenten condiciones más cálidas de lo habitual.
La recomendación de extremar precauciones se basa en la necesidad de anticipar y mitigar los posibles impactos adversos de estas condiciones climáticas. Las altas temperaturas pueden tener consecuencias significativas en la salud, la agricultura, y el medio ambiente en general. La población se enfrenta a un mayor riesgo de golpes de calor, deshidratación y estrés térmico, especialmente en áreas donde no se están acostumbradas a temperaturas tan elevadas.