Miles de personas se han congregado en el Zócalo de Ciudad de México y en las principales ciudades del país para participar en la Marcha por la Democracia.
La llamada marea rosa salió este domingo exigiendo votaciones limpias y respeto a las instituciones democráticas, a solo dos semanas del inicio de las campañas y a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio.
La manifestación, que atrajo a una multitud diversa, estuvo marcada por consignas ciudadanas y fue un grito amplificado por miles de voces que expresan su oposición al gobierno actual, particularmente al presidente Andrés Manuel López Obrador.
«Queremos que nuestros votos cuenten y vivir en una verdadera democracia», afirma Natalia Carrillo, de 28 años. «Esto no es contra el presidente, pero es verdad que la línea entre oponerse al Gobierno y defender nuestros derechos se está haciendo cada vez más difusa», agregó.
Aunque los organizadores insistieron en que se trató de una movilización apartidista, la presencia de varios políticos, dirigentes y organizaciones ligadas a la oposición estuvo presente. Entre ellos se destacaron el líder panista Marko Cortés y el perredista Jesús Zambrano. Sin embargo, Xóchitl Gálvez, la candidata opositora a la presidencia, no asistió por la veda electoral y para evitar «malinterpretaciones».
La cifra de participantes ha sido motivo de debate, con los organizadores de la marcha hablando de 700.000 participantes, mientras otras fuentes aseguran que la convocatoria fue más modesta. La marcha reflejó una amalgama de ciudadanos que se oponen a los ataques contra las instituciones democráticas, así como manifestantes que acusan al presidente de orquestar un giro autoritario y alimentar la polarización.
La frontera entre el carácter ciudadano de la protesta y sus implicaciones políticas estuvo presente durante toda la manifestación. Los argumentos razonados y las posiciones recalcitrantes convivieron mientras algunos buscaban refugio del sol. «Esto es la democracia: poder manifestar tus ideas sin censura y esto es lo que estamos defendiendo», comentó Miguel Ángel Medina, de 45 años.
¿Por qué se realizó la marcha por la democracia?
En la convocatoria a la marcha por la democracia, convocada por el Frente Cívico Nacional, se expusieron los motivos que impulsaron esta movilización. Según las organizaciones convocantes, el gobierno mexicano no garantizaba la imparcialidad y afectaba el derecho al voto libre de los ciudadanos.
Entre las principales justificaciones proporcionadas, se destacó la denuncia del uso de recursos públicos para favorecer a candidatos del partido gobernante, así como la censura de medios de comunicación que no se alineaban con dicha agenda política.
La respuesta del gobierno
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció una breve declaración luego de la entrega del Templo de San José, rehabilitado tras el sismo de 2017. A una pregunta específica sobre el desarrollo de la marcha en defensa de la democracia, López Obrador respondió de forma irónica: «sin novedad».
El Jefe del Ejecutivo añadió que, aunque todo transcurrió sin contratiempos, no estuvo al pendiente de los acontecimientos relacionados con la marcha.
Es importante recordar que el presidente López Obrador se había pronunciado en contra de la movilización convocada para el domingo 16 de febrero en más de 100 ciudades bajo el nombre «Marcha por Nuestra Democracia», la cual busca defender la autonomía de las próximas elecciones.
«Están convocando a la manifestación para defender la corrupción, buscan que regresen los corruptos, aunque digan que les importa la democracia», señaló el mandatario. Además, López Obrador acusó a la oposición de ser los convocantes de la marcha.
Desde Palacio Nacional, el presidente afirmó que detrás de la marcha estaba el empresario Claudio X. González, quien apoya a la candidata Xóchitl Gálvez, y otros actores que, según López Obrador, fueron los responsables de «robarle la Presidencia en 2006». El presidente mencionó que el padre de Claudio X. González fue quien incitó a las televisoras a realizar una campaña de desprestigio en su contra, presentándolo como «un peligro para México».
