El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra en medio de la controversia luego de confundir al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con el presidente de Egipto, Abdelfatah al-Sisi, durante un evento público en la Casa Blanca.
Este lapsus ocurre después de que el presidente se defendiera de las críticas sobre sus despistes y problemas de memoria debido a su edad, que actualmente asciende a 81 años.
El incidente tuvo lugar durante un acto donde Biden abordaba las acusaciones sobre su salud cognitiva. La confusión entre los líderes mexicano y egipcio no pasó desapercibida, generando nuevas dudas sobre la capacidad cognitiva del mandatario estadounidense.
Estos episodios han alimentado la incertidumbre sobre la salud del presidente, especialmente después de que el fiscal especial Robert Hur insinuara que el presidente sufría de pérdida de memoria. Las declaraciones de Hur se suman a la investigación en curso sobre documentos relacionados con el periodo de Biden como vicepresidente de Estados Unidos, encontrados en su residencia en Delaware.
En una rueda de prensa posterior, el presidente reafirmó su estado de salud y respondió de manera directa a las preguntas sobre su condición, declarando: «Tengo buenas intenciones, y soy un anciano, y sé qué demonios estoy haciendo». Sin embargo, el incidente reciente ha avivado el debate sobre la capacidad del presidente para ejercer sus funciones de manera efectiva.
La polémica sobre la edad de Biden
La investigación liderada por el fiscal especial Robert Hur sobre el manejo de documentos clasificados por parte del presidente Joe Biden cuando dejó de ser vicepresidente en 2017 ha generado una intensa polémica que ha reavivado la precampaña para las elecciones presidenciales de noviembre.
La conclusión principal del informe es que el presidente Biden no enfrentaría cargos criminales por sus acciones, a pesar de la evidencia de que había “deliberadamente guardado y divulgado material clasificado».
Sin embargo, lo que ha captado la atención pública no es tanto esta conclusión, sino las razones esgrimidas por Hur para no presentar cargos. El fiscal especial mencionó que hacerlo probablemente infundiría simpatía en un jurado que podría ver a Biden como un “hombre anciano, bienintencionado con una mala memoria”.
Esto ha avivado las preocupaciones sobre la edad de Biden y su competencia para desempeñar el cargo durante otros cuatro años, preocupaciones que han estado presentes desde que asumió la presidencia.
El informe de Hur, por lo tanto, ha proporcionado más combustible a los ataques de los republicanos y ha alimentado las preocupaciones entre algunos demócratas sobre la idoneidad del presidente para continuar en el cargo.
Chris Borick, director del Instituto Colegial Muhlenberg de Opinión Pública, señaló que las encuestas muestran que la edad es un factor importante para los votantes y que muchos creen que Biden es demasiado mayor para ser presidente.
La reacción de la Casa Blanca no se ha hecho esperar. Biden ha salido en defensa de su capacidad mental, afirmando que su memoria está “muy bien” y desestimando las afirmaciones sobre su edad y habilidades.
Sin embargo, el informe de Hur también presentó evidencia específica de lapsus verbales y dificultades de memoria durante las entrevistas con Biden, lo que ha aumentado las dudas sobre su capacidad para continuar en el cargo.
La campaña de Biden ha intentado contrarrestar estas preocupaciones, pero cada aparición pública del presidente conlleva el riesgo de acciones que puedan alimentar las dudas existentes.
En última instancia, aunque el informe de Hur rechazó considerar a Biden culpable, su contenido ha avivado un debate que ya estaba presente en la campaña electoral y ha proporcionado a sus opositores más municiones para atacar su candidatura. Con el tiempo, será el electorado quien decida en qué medida estos temas influirán en las elecciones de noviembre.
