Créditos: El País, Perfil, La Sexta
Tras confirmarse el rechazo de la Corte Suprema de EE.UU. para cancelar el procedimiento de ejecución con nitrógeno, que ha avivado el debate ético sobre la pena de muerte, en pocas horas se realizará la primera ejecución con este método en Alabama.
Pese al pedido del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos de detener la intervención por considerarla una tortura, la decisión de la Corte fue reacia.
La ejecución acabará con la vida de Kenneth Eugene Smith, condenado por el asesinato a sueldo de la esposa de un predicador en 1988, quien había una intervención de última hora para salvarle la vida, alegando que el método elegido, la asfixia mediante una máscara de nitrógeno, supone una tortura y trato cruel.
Pese a esto, la Fiscalía desestimó los argumentos del condenado, afirmando en un comunicado que: «El tribunal de primera instancia examinó la impugnación de Smith, escuchó a múltiples expertos médicos y determinó que las preocupaciones de Smith sobre la hipoxia de nitrógeno eran ‘especulativas’ y ‘teóricas'».
Este procedimiento ha generado fuertes protestas por parte de grupos religiosos y defensores de los derechos humanos, generando gran controversia en torno al método elegido para la ejecución, ya que se utilizará la técnica de muerte por nitrógeno, una práctica inédita en Estados Unidos.
La técnica seleccionada para la ejecución de Kenneth Eugene Smith ha sido objeto de críticas debido a preocupaciones sobre su efectividad. En este procedimiento, se le colocará una máscara con oxígeno a Smith, que será gradualmente reemplazada por nitrógeno. Expertos en la materia han señalado que este método, comúnmente utilizado en el sacrificio de cerdos, puede causar una agonía prolongada.
Esto, según sus afirmaciones, equivaldría a someter al condenado a una asfixia lenta. La preocupación se centra en la posibilidad de que el proceso sea más prolongado y doloroso de lo previsto, lo que suscita inquietudes éticas y humanitarias en torno a la aplicación de la pena de muerte.
¿Por qué se usa el nitrógeno?
En 2018, Alabama dio luz verde al uso de la hipoxia de nitrógeno como método de ejecución. Esta decisión se tomó en respuesta a las crecientes dificultades para aplicar el método convencional de la inyección letal. Este último, que generalmente involucra una combinación de barbitúricos, paralizantes y potasio, se ha vuelto cada vez más complicado de implementar debido a la escasez de los medicamentos necesarios.
Esta escasez surgió a raíz de la prohibición, emitida por el Reino Unido en diciembre de 2010, de exportar tiopental sódico, uno de los componentes clave en la inyección letal.
El estado de Alabama ha afirmado que este método es «el más indoloro y humano conocido por el hombre» en el contexto de las ejecuciones. La posición oficial de Alabama resalta la percepción de que la hipoxia de nitrógeno proporciona una alternativa ética, minimizando el sufrimiento para el condenado en comparación con métodos convencionales como la inyección letal.
Cabe destacar que Alabama había intentado llevar a cabo la pena de muerte de Smith en 2022 mediante la inyección letal. Sin embargo, el proceso tuvo que ser detenido, ya que los guardias no pudieron canalizar las intravenosas de manera adecuada. Esta situación previa agrega un elemento adicional de controversia y suscita dudas sobre la ejecución planificada utilizando la técnica de muerte por nitrógeno.
El caso de Smith ha avivado el debate sobre la ética y humanidad en el sistema de justicia penal. La situación ha provocado un intenso escrutinio por parte de diversos sectores de la sociedad que cuestionan la elección de este método y plantean dudas sobre la aplicabilidad de estas prácticas en el ámbito de la pena de muerte.
