«La Ronda Nocturna» y La Elevación de la Cruz”de Rembrandt van Rijn, el renombrado pintor holandés del siglo XVII, continúan asombrando al mundo con sus historias llenas de sorpresas.
Créditos: National Geographic, El Mundo, Britanicca, Enciclopedia de Historia y RTE.
3 curiosidades sobre «La Ronda Nocturna» de Rembrandt
También conocida como “La Ronda de Noche” o “Militia Company of District II under the Command of Captain Frans Banninck Cocq”, esta obra de arte estilo barroco holandés, se encuentra expuesta en el Rijksmuseum de Ámsterdam.
Lo novedoso de este retrato colectivo de 642, -que representa al capitán Cocq y a su lugarteniente Van Ruytenburgh junto a una milicia de arcabuceros-, es la manera como Rembrandt representó a los 22 personajes que lo protagonizan.
1. Cada personaje realiza una actividad
Si observas bien, en vez de “posar”, notarás que cada uno de ellos realiza una acción individual; personifican una actitud que permite que se cuente la historia de esta hermandad medieval de comerciantes. Uno señala al infinito, otro limpia su mosquetero, el de más adelante calcula la dimensión de su lanza, otro levanta una bandera…
Una de las curiosidades de la obra, de acuerdo con National Geographic, es que cada uno de los arcabuceros “pagó 100 florines (aproximadamente 56 dólares) para salir en la obra. Era una manera de exhibir su fortuna, prosperidad y posición social.”
2. Oscura por el paso del tiempo
La segunda curiosidad que menciona la Enciclopedia de Historia sobre esta obra, tiene que ver con la oxidación de los barnices y la acumulación de suciedad en la superficie.
Si te detienes a verla una vez más, pareciera que fuera una escena noctura (antes ni se veía el fondo). Por eso pasó a llamarse “La Ronda Nocturna” (o de noche).
Sin embargo, una vez restauraron el lienzo, encontraron que esos espacios oscuros se llenaron de luz; aunque por más oscuridad que aún se perciba, es inevitable no hacer una pausa en Cocq, Van Ruytenburch y una figura femenina: están iluminados por un ‘spot’ de luz natural, propio de la técnica del chiaroscuro.
La historia continúa. Durante la Segunda Guerra Mundial, «La Ronda Nocturna» fue desmontada de su marco y trasladada a un refugio, a medida que los alemanes se acercaban a Países Bajos. Esto evitó que la obra fuera robada, o afectada por los bombardeos.
3. Vandalizada y cortada con tijeras
Al igual que su colega, la “Mona Lisa”, a la que activistas lanzaron sopa en estos días, esta obra ha sido vandalizada tres veces. La última, fue en 1990 cuando le arrojaron una sustancia química.
Y hay algo peor. En 1715, el Ayuntamiento de Ámsterdam tuvo “la brillante idea” de recortar con tijeras tira del lado izquierdo, del derecho y de la parte superior de la obra, para que cupiera por la puerta. Seguramente Rembrandt se “retorcía en su tumba”, mientras cometían semejante sacrilegio.
Nada se sabe de estos recortes, pero Taco Dibbits, director del Rijksmuseum, “no pierde la esperanza de que alguien los tenga y sean localizados algún día.”
Lo bueno es que gracias a la inteligencia artificial, hace un par de años durante tres meses, se pudo apreciar el cuadro en su totalidad, por primera vez, tal y como se veía hace 300 años.
El equipo del Rijksmuseum imprimió lienzos de las tiras faltantes, “las fijaron a placas de metal y las barnizaron para que se parecieran al original.” Así lo describe el periódico El Mundo.
«La Ronda Nocturna» es un testimonio de supervivencia. Afortunadamente, continúa deleitando a miles de connoisseurs y aficionados, eso sí, detrás de su gran mampara de cristal.
La historia detrás de «La elevación de la cruz”: ¿de copia a original?
Rembrandt y su obra continúan asombrando al mundo. Esta vez, porque un boceto al óleo considerado una copia, resultó siendo un “verdadero Rembrandt”. Esta es la su maravillosa historia.
La obra de arte languideció durante un siglo en un rincón olvidado de un museo porque se creía que era una imitación.
«La elevación de la cruz” era su nombre, y su “supuesto autor” era un seguidor del maestro Rembrandt, en la década de 1640.
Hacía referencia a una pintura del autor también titulada «La elevación de la cruz», que adorna el museo de arte Alte Pinakothek en Múnich.
El boceto, estuvo en exhibición desde 1921 en el Museo Bredius en La Haya, hasta que en 2022 una sorprendente revelación salió a la luz.
Gracias a nuevas técnicas científicas, se concluyó que «La elevación de la cruz” ¡fue pintado por Rembrandt!
¡Es un Rembrandt!: pinceladas brillantes, calidad en los detalles y pocas pinceladas anchas
«Miré esta obra una y otra vez. Las pinceladas. Son brillantes…», dijo Jeroen Giltaij, excurador jefe de pinturas antiguas en el Museo Boijmans Van Beuningen de Róterdam.
Giltaij «redescubrió» la obra mientras investigaba para un libro sobre Rembrandt. También se convenció de que era original cuando observó que «La elevación de la cruz” “solo cuenta con unas pocas pinceladas anchas”. Esta característica es propia del estilo del pintor holandés.
Por otro lado, Johanneke Verhave, quien restauró el boceto, aseguró que la calidad de los detalles la convencieron de que era un Rembrandt.
¿Por qué lo consideraban una imitación?
Vale la pena resaltar que uno de los principales argumentos de los expertos en arte para considerar que el boceto era una imitación, era que las pinceladas eran “poco detalladas y ásperas.” Y Rembrandt suele ser muy preciso y refinado.
Sin embargo, la razón era porque se trataba de un boceto, de un bosquejo preparatorio; una idea aproximada de cómo se vería la pintura real.
En cuanto a la forma de comprobar si era original, la restauradora Verhave dijo que se realizaron reflectografías infrarrojas y escaneos de rayos X del boceto, revelando elementos interesantes.
Por ejemplo, el boceto muestra cambios hechos por el propio artista mientras pintaba. Estos son parte de un proceso creativo de un artista, que consiste en ir cambiando de opinión mientras se trabaja.
La forma como el pintor manejaba su pincel, también coincidía con la del gran maestro Rembrandt; en tanto el uso de los materiales, no contradice la verdadera atribución de Rembrandt a la obra.
«La elevación de la cruz” se suma a la lista de 600 obras conocidas, entre pinturas, dibujos y grabados.
Es así como 355 años después de su muerte, las obras de Rembrandt continúan desvelando sorpresas y curiosidades que enriquecen su legado, demostrando la eterna relevancia de este maestro del arte.
